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El Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado propuso gravar con un impuesto especial de 3% la venta de consolas y videojuegos y que las ganancias sean etiquetadas y destinadas para que los municipios creen y operen academias deportivas municipales para niñas, niños y adolescentes.
La senadora Xóchitl Gálvez presentó un punto de acuerdo el pasado 17 de octubre, el cual fue remitido a la Cámara de Diputados para exhortar que en el análisis y aprobación del Paquete Económico 2020 se adicione un inciso al artículo 2, fracción 1, de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y contemplar una tasa de 3% aplicable a la enajenación de videojuegos y sus consolas, y que esos recursos se etiqueten en el Ramo 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación.
La panista describe que un videojuego es un programa informático, aplicación o software desarrollado con la finalidad de proporcionar entretenimiento a personas, de forma individual o colectiva, el cual se ejecuta en ordenadores, como computadoras de escritorio o laptops, así como en otros dispositivos como celulares, tabletas electrónicas o consolas.
Los videojuegos pueden ser utilizados en forma local, por red o mediante el uso de internet e, incluso, existen locales comerciales especializados en proporcionar la infraestructura [hardware] necesaria para jugar programas.
En México, los videojuegos han ganado terreno consistentemente en las últimas dos décadas y, actualmente, con el avance tecnológico, es común que las personas, tanto menores como mayores de edad, dediquen parte de su tiempo a interactuar con juegos en su celular o tabletas y por consolas.
Con este avance de los videojuegos en México, el mercado también se ha transformado y su valor se ha incrementado hasta convertirlo en negocio multimillonario.
La consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU) publicó recientemente que, en 2018, el valor del mercado de la industria de los videojuegos ascendió a 27 mil 32 millones de pesos, lo que implica un crecimiento anual de 9.1%.
