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Tokio.— Con la experiencia de tener obras de infraestructura de clase mundial, expertos japoneses afirman que construir obras de infraestructura requiere de planeación y recursos. Con esa visión, construyen la Villa Olímpica para 2020 y la Expo 2025, entre otros proyectos.

Para las olimpiadas de 2020 se construye la Villa Olímpica con una inversión de 12 mil millones de dólares, monto que se obtuvo gracias a que desde 2015 se lanzó un programa para conseguir patrocinadores.

En total se edificarán ocho nuevas sedes, las cuales se sumarán a 25 que ya existen y que se modernizarán, además de 10 más que serán temporales, en donde competirán 11 mil 90 atletas, más 4 mil 400 participantes de las juegos paraolímpicos.

La preparación para las Olimpiadas desarrolla toda una logística, de acuerdo con el gobierno, ya que en Tokio viven 35 millones de habitantes y anualmente se reciben 10 millones de turistas, lo que se sumará a los millones que vendrán a ver el máximo evento multideportivo.

Por lo que buscan realizar obras que duren años, como uno de los puentes de acero más largos del mundo, Akashi-Kaikyo de casi cuatro kilómetros, que se terminó en 1998, y por el cual la empresa Honshu Shikoku Bridge Expressway espera operarlo por 200 años.

El puente conecta a Kobe con Tokushima, lo que permite elevar el crecimiento económico en esa región, por lo que la empresa calculó que sólo en 2018 generó beneficios por 24 mil millones de dólares.

La planeación es parte de Japón, por lo que desde enero de 2019 se inició con la construcción del área en donde se desarrollará la feria 2025, en Osaka, en el que se discutirá el tema de la salud y la sustentabilidad socioeconómica de los sistemas.

Se espera que la construcción concluya en noviembre de 2025 y costará 2 mil millones de dólares, con lo que se expandirán dos puentes, se construirá un puerto y se ampliará una línea de metro, explicó el gerente del departamento que desarrolla el sitio, Toru Nagatani.

Otro ejemplo de planeación es el tren de alta velocidad Shinkansen, de la empresa IHRA, que opera 3 mil kilómetros. La construcción de la estación Shinagawa inició en 1997 y se abrió en 2003. Aunque la estación convencional se inauguró en 1886.

Si bien tiene varias décadas el tren, en 2014 se comenzó con la construcción de la ruta Shinagawa a Nagoya, cuya primera parte se aprobó e iniciaron las obras, dijo el vicepresidente de IHRA, Torkel L. Patterson.

Explicó que los proyectos de trenes generalmente toman 10 años, considerando que sólo los permisos ambientales en Japón tardan de dos a tres años, además de que la planeación y el desarrollo de la ingeniería se ajustan constantemente.

Patterson afirmó que la construcción de la ruta Tokio a Nagoya costará 60 mil millones de dólares y 30 mil millones la que va de Nagoya a Osaka. Una de las nuevas salas de tren se abrirá en 2020, es decir seis años después de que iniciaron las obras del nuevo proyecto, mientras que será en 2027 cuando se tendrá la nueva estación.

Explicó que esta nueva ruta se construirá sobre un trazo alterno al actual, porque se consideró que la región por la que atraviesa la ruta es una zona en los que se ubican epicentros para los sismos.

Con este tren de alta velocidad, el tramo de Tokio a Nagoya, de 342 kilómetros, se puede realizar en 86 minutos, mientras que de Tokio a Osaka, de 515 kilómetros, se puede hacer en 142 minutos.

Patterson afirmó que para las empresas es necesario generar utilidades para lograr tener recursos para dar mantenimiento a las vías del tren y a las instalaciones.

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