El acuerdo de infraestructura entre el Gobierno federal y la iniciativa privada replica la falta de inversión en el sur del país.
El plan de 147 obras, presentado el 26 de noviembre, contempla una inversión de 137 mil 302 millones de pesos en el sur del país. Esto representa 16% de los 859 mil 22 millones que costarán dichas obras.
Por su parte, las regiones norte y centro del país contarán con inversiones que representan, de forma correspondiente, 23% y 31% del total. Además, 30% restante será para obras "multiregión", es decir, que estarán en diversas áreas del país, en su mayoría carreteras.
Tener de vecino a la principal potencia económica del mundo explica parte de este fenómeno. "Históricamente México se ha desarrollado del centro hacia arriba", dijo Alejandro Villarreal, exconsultor en BDO, una consultora internacional de riesgos.
Con miras a comerciar con Estados Unidos, las zonas industriales y logísticas han buscado puntos clave del país que les permitan lograrlo con mayor eficacia.
Sin embargo, Villarreal destacó que el Gobierno federal es el responsable de distribuir la inversión de manera equitativa en el país. "Las familias tienen las mismas necesidades en el sur, norte, este u oeste", expuso.
Mientras que en Chiapas 76% de la población se encuentra en situación de pobreza; en estados del norte como Nuevo León el indicador se ubica en 14.5%, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) a 2018.
Pese a la problemática, el Plan de Infraestructura que contempla mil 600 proyectos de inversión (si se suman los de participación del Gobierno) no tiene entre sus ejes la distribución equitativa de la inversión.
"Hay un elemento que es fundamental. El plan de infraestructura tiene que tener un plan industrial", dijo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). La falta de empresas que produzcan bienes en el sur es parte de un círculo vicioso que hace la zona menos atractiva para invertir.
"Estamos en una situación del huevo o la gallina. Ponemos la infraestructura o esperamos a que lleguen las empresas. Las dos se tienen que hacer poco a poco", dijo Edmundo Gamas, director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura (Imexdi). Lo que no tiene por qué esperar es la inversión en infraestructura del bienestar, "como agua o hospitales", indicó Gamas.
Dentro de los 147 proyectos anunciados en el acuerdo entre la iniciativa privada y el Gobierno federal, se contemplan mil 312 millones de pesos en materia de salud, que representan 0.15% del total; y 46 mil 500 millones de pesos para agua y saneamiento, 5.41% del total.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) apuesta por megaobras, como el Tren Maya, para derramar riqueza en el sur del país.
La construcción, que por contar con inversión pública no ha sido incluida dentro del paquete de 147 proyectos de inversión privada, conllevará la contratación de 300 mil personas para montar las vías que recorrerán Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Tabasco.
El titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo Rogelio Jiménez Pons ha dicho a diversos medios que el Gobierno federal pretende financiar 70% del Tren Maya, valuado en 145 mil 500 millones de pesos.
Gamas destacó que la región necesitaría, en vez, utilizar esa inversión en obras como hospitales, energía eléctrica, agua potable: "No son empleos permanentes, te generan necesidad... no discuto que va haber beneficio pero mucho menor, se tienen que jerarquizar los proyectos conforme el beneficio. Yo creo que el beneficio del tren va a ser menor que meter infraestructura social".
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