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Para que los grandes proyectos de infraestructura puedan concretarse en tiempo y forma, es necesario un marco regulatorio estable, apuntó la firma belga Sarens, que avizora un alud de inversiones en el sector eléctrico en el próximo sexenio.
“Hay dos elementos que resultan de especial importancia para que México pueda avanzar en la consecución de sus objetivos sostenibles”, manifestó José Aceves, director para México de Sarens.
“En primer lugar, es clave contar con un marco regulatorio estable y claro que ofrezca seguridad a la hora de invertir en nuevos proyectos y, por otra parte, resulta crítico invertir en la tecnología y la infraestructura necesarias que favorezcan y permitan soportar el crecimiento del sector energético renovable”.
El directivo mencionó que el gobierno mexicano debe contar con empresas de gran experiencia y con la más avanzada tecnología para llevar a cabo los proyectos, sobre todo en el menor tiempo posible.
Fue justo en el actual sexenio cuando se realizaron distintas obras de infraestructura en tiempo récord, bajo la premisa de que era una cuestión de seguridad nacional, e implicaron decenas de expropiaciones.
Este fue el caso del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Ramal de Lechería al mismo aeropuerto del Ferrocarril Suburbano, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, en las cuales Sarens tuvo participación.
Además, la empresa anticipa oportunidades en el sector eléctrico, dónde prevé más proyectos para generación.
De acuerdo con las más recientes estimaciones de Gerardo Pérez Guerra, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), el potencial de inversiones en parques eólicos desde ahora y hasta 2050 aumentó a 50 mil millones de dólares para el país, por lo que las necesidades del sector de la construcción también serán mayores.
“Las empresas que quieren invertir en México son muy sólidas a nivel internacional. Por ejemplo, las industrias que están dispuestas a invertir, como Tesla, lo hará si tiene 100% energía renovable, y ahora no hay forma de darle esa energía. En el nearshoring (la relocalización de empresas en México, provenientes de otros continentes) se pueden construir proyectos de generación y transmisión paralelamente al desarrollo de nuevas fábricas y responder a las saturaciones que se observan”, explicó recientemente Pérez Guerra.
El informe de Sarens muestra que, si bien la actual administración trabajó para mejorar la capacidad de generación, transmisión y distribución, la infraestructura eléctrica necesita seguir ampliándose para hacer frente al aumento de la demanda y la inversión proveniente del nearshoring para la instalación de nuevos proyectos en territorio nacional.