A cuatro años de que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, especialistas ven oportuno que el Congreso realice una evaluación preliminar de los resultados obtenidos hasta ahora.

Lo anterior, con el objetivo de verificar si se están cumpliendo las metas establecidas por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, precisaron a .

Para algunos, aún no se perciben los resultados del PND, cuyo contenido fue disruptivo, mientras para otros es importante resaltar que el plan se elaboró bajo un escenario en el que no estaban contemplados eventos como la pandemia y la guerra en Ucrania, que provocaron una recesión económica y un brote inflacionario, así como el fenómeno del nearshoring, que hoy es una gran oportunidad.

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“Es momento de sacarlo del cajón, no hay que tenerlo guardado”, dijo sobre el PND el profesor de la Universidad Panamericana, Gabriel Pérez del Peral.

Sin embargo, reconoció, para evaluarlo no se sabrá cuál versión se deberá tomar, ya que hubo dos documentos que se elaboraron de forma paralela: el del presidente López Obrador y el de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Las promesas que el tabasqueño hizo en sus tres campañas presidenciales están plasmadas en su propio PND, explicó.

En su opinión, ese documento contiene una gran carga ideológica y le faltan rendición de cuentas y transparencia porque no está orientado a la evaluación de resultados: “La realidad desmiente que se esté cumpliendo con el Plan Nacional de Desarrollo”, subrayó Pérez del Peral.

Fuente: Inegi, SHCP e IMSS
Fuente: Inegi, SHCP e IMSS

Instrumento simbólico

Para el profesor del departamento de Economía del Tecnológico de Monterrey, Pablo López Sarabia, es importante que cuando estamos ya en el último tercio del sexenio se le dé seguimiento al PND, ya que es parte de la planeación con efectos sobre los ingresos.

“Entre más fácil sea el programa es más fácil evaluarlo; creo que debe ser un programa que sea el principio, que permita delinear la estrategia de un sexenio, pero que tengamos la posibilidad de rendir cuentas para poder evaluar si se cumplieron esos objetivos”.

No debería desaparecer ni quedarse sólo como un mero requisito, expresó al coincidir en que “debemos desempolvarlo” y que deje de ser ese instrumento “simbólico” mediante el cual arranca el sexenio y de pronto pierde visibilidad.

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Incluso, comentó, podríamos seguir otros modelos como por ejemplo los planes quinquenales que tiene China, donde a lo que se plantea se le va dando seguimiento.

Reconoció que, en comparación con otros planes sexenales, el actual incluye líneas específicas a través de programas con nombre y apellido. En ese sentido, afirmó que hay una evaluación indirecta porque se puede hacer a través del presupuesto que revisa la Auditoría Superior de la Federación.

Estado como motor

Mortiz Cruz, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, destacó que el PND del presidente López Obrador significó una ruptura con las versiones anteriores al insertar al Estado como motor de la actividad económica.

“Rompió con la forma de hacer política de los últimos 80 años”, enfatizó. Sin embargo, destacó que se elaboró sobre una base de crecimiento que no contaba con la irrupción de la pandemia, que vino a ser un acicate en varios sentidos, como tampoco el fenómeno del nearshoring, que es una gran oportunidad en el presente.

Se propuso que el Estado tuviera una mayor intervención en la economía y así lo hizo en el sector energético y de los alimentos bajo el principio de la soberanía alimentaria, es decir, todo lo contrario a los gobiernos anteriores.

No obstante, México acumula una inflación alimentaria de 41.7% en los primeros 55 meses de la administración actual, la más severa desde la gestión de Ernesto Zedillo, de acuerdo con el Inegi.

Mortiz Cruz indicó que uno de los principales objetivos fue mejorar el bienestar a través del aumento del salario y los programas sociales, y ya lo hizo. El salario mínimo general se duplicó de 88.4 a 207.4 pesos diarios entre 2018 y 2023, según la Conasami.

PIB negativo

El PND 2019-2024 señala que “el objetivo de la política económica no es producir cifras y estadísticas armoniosas, sino generar bienestar para la población. Los macroindicadores son un instrumento de medición, no un fin en sí”.

Sin embargo, en el Epílogo: Visión de 2024 indica que “el fortalecimiento de los principios éticos irá acompañado de un desarrollo económico que habrá alcanzado para entonces una tasa de crecimiento de 6%, con un promedio sexenal de 4%.

El Inegi tiene registro que la economía nacional, medida a través del producto interno bruto (PIB), cayó 0.2% en 2019, se hundió 8% en 2020 con la pandemia, rebotó 4.7% en 2021 y creció 3% en 2022.

Con esto, la economía promedia una variación anual negativa de 0.1% en los primeros cuatro años del gobierno actual, mientras que en el mismo periodo el PIB mundial se ha expandido a un ritmo de 2.1%, reporta el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, en la gestión de López Obrador la economía nacional ha tenido sus peores cuatro años desde la administración de Miguel de la Madrid.

No obstante, el nearshoring representa una “oportunidad histórica” para el desarrollo de México, coinciden los bancos españoles BBVA y Santander. Este último estima que el país puede alcanzar un crecimiento adicional de hasta 8% en su PIB en los siguientes seis años impulsado por la relocalización de inversiones. Prevé que México puede pasar de representar 14% de las importaciones de Estados Unidos a 20% para 2030.

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