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Si bien las cuentas externas en general de las economías emergentes no presentaron desequilibrios en la pandemia por Covid-19 , no es garantía de que puedan tener una vulnerabilidad permanente como lo demostró la crisis financiera global pasada, advirtió el Instituto Internacional de Finanzas (IIF por sus siglas en inglés).
En el reporte “Puntos de vista económicos: desequilibrios externos de los mercados emergentes”, se destacó que los déficits en las cuentas corrientes de dichos mercados siguen siendo pequeños o casi inexistentes en algunos casos.
Lo anterior debido a la fuerte demanda mundial y los altos precios de las materias primas que se están observando.
Además, alertó que la experiencia demuestra que las posiciones externas saludables no durarán mucho.
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El economista en jefe adjunto, Sergi Lanau, y el economista del instituto, Jonathan Fortun, que funge como asociación de las principales instituciones financieras en el mundo, examinaron las cuentas corrientes de los mercados emergentes en busca de desequilibrios acumulados.
Encontraron que, en la mayoría de los países, el panorama es positivo con importaciones recuperadas completamente del impacto de Covid-19 en todos los países que monitorean.
Sin embargo, observaron que los déficits comerciales siguen siendo pequeños o inexistentes debido a las fuertes exportaciones.
La recuperación mundial en curso y los altos precios de las materias primas son un buen augurio para las exportaciones de los mercados emergentes, destacaron.
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No obstante, aclararon que no creen que sean signos de un cambio permanente hacia posiciones benignas de la cuenta corriente de los mercados emergentes.
Refirieron que en el libro de jugadas posterior a la crisis global, parecer ser relevante hojearlo para este análisis.
“En aquel momento, los mercados emergentes salieron de la crisis con déficits en cuenta corriente manejables y pasaron a disfrutar de un periodo de precios favorables de las materias primas”, recordaron.
Sin embargo, enfatizaron que en ese entonces, las posiciones externas saludables no duraron mucho porque los tipos de cambio reales se apreciaron rápidamente y los saldos negativos en cuenta corriente se ampliaron abruptamente a medida que la demanda interna se expandió.
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