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Como cada 12 años, los comicios en México y Estados Unidos coincidirán este 2024. En ese sentido, México celebrará el proceso electoral más grande en su historia ya que, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral, alrededor de 99 millones de mexicanos se dirigirán a las urnas el próximo 2 de junio, con la tarea de elegir más de 20 mil cargos, entre ellos, la presidencia.
Con ese contexto en mente, analizamos el comportamiento de distintas variables económicas durante años electorales, comprobando que se presenta un mayor dinamismo en la actividad económica de México, especialmente durante la primera mitad del año.
La primera fuente de ese dinamismo es un mayor gasto del gobierno, con la intención de impulsar políticas públicas que sean consideradas por el electorado. En términos anuales, encontramos que el gasto público tiende a ser 6 puntos porcentuales mayor en promedio durante los años electorales, en comparación con los años no electorales.
2024 no será la excepción, sobre todo si consideramos el presupuesto de egresos aprobado a finales del año pasado, el cual contempla un incremento en el gasto corriente orientado a programas sociales. Con ello, también esperamos un impacto favorable en el consumo, un área importante que abarca alrededor de dos terceras partes del PIB de nuestro país.
A grandes rasgos, esto es lo que ya sabemos que típicamente ocurre en la economía mexicana en años electorales; sin embargo, también hay que integrar factores de la coyuntura actual. Por ejemplo, la inversión pública se verá beneficiada este año conforme se busca concluir la construcción de diversos proyectos de infraestructura antes del término del sexenio. Además, anticipamos que la inversión privada permanezca al alza, conforme se materialicen mayores avances relacionados con el nearshoring.
Aunque este último es un fenómeno en evolución, podemos observar algunos indicadores de su llegada al país, entre ellos la participación de mercado que tiene México en las importaciones de Estados Unidos. Desde septiembre de 2023, México se coronó como el principal socio comercial de EU, lo cual es de particular relevancia considerando que las importaciones estadounidenses han estado decreciendo desde ese mismo periodo.
Asimismo, la demanda por espacios industriales en varias zonas del país es algo prácticamente sin precedentes, y la mayor demanda de electricidad en ciertas regiones del país, apuntan a que el nearshoring se está haciendo presente.
Así, en el largo plazo, e independientemente de quién gane las elecciones tanto en México como en la nación vecina del norte, estimamos que el nearshoring seguirá tomando fuerza debido a las condiciones económicas y geopolíticas que lo impulsan. Aunque hay temas sensibles entre México y EU que hay que monitorear, como las controversias pendientes bajo el marco del T-MEC, creemos firmemente que ambas naciones procurarán la relación comercial.
Creemos que, aun bajo el contexto electoral, el dinamismo de la economía mexicana seguirá siendo considerable; por ello, estimamos un crecimiento del PIB de 2.5% para 2024, un crecimiento que sigue siendo robusto en medio de una coyuntura global adversa.
*Vocera de GBM Research