Petróleos Mexicanos (Pemex) no descarta que personal de la propia empresa participe o pueda seguir operando no sólo en el mercado ilícito de combustibles, sino también en los futuros ataques cibernéticos hacia su sistema informativo, “debido a la negligencia o mala conducta de nuestros empleados”.
En el reporte anual 20-F y la Forma 6K, con fecha del 30 de abril que la empresa petrolera mexicana presentó a la Comisión de Valores de Estados Unidos (Securities and Exchange Commission, SEC por sus siglas en inglés) y a los inversionistas internacionales, reconoce que “en los últimos años México ha experimentado un periodo de creciente actividad delictiva, principalmente por las operaciones de los cárteles de la droga y [otros delitos] relacionados”.
Uno de ellos es el mercado negro de combustibles dedicado al robo y al comercio ilegal de hidrocarburos “que producimos” y cuya escalada y violencia asociada con ellas, en un caso extremo, pueden tener un impacto negativo en nuestra condición financiera y resultados de operaciones”, advierte.
En particular, “nuestras operaciones también están sujetas al riesgo de actos criminales para desviar nuestro petróleo crudo, gas natural o productos refinados de nuestra red de ductos, incluido el robo y la manipulación de nuestros productos”.
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En 2017, la petrolera mexicana reportó 10 mil 363 tomas clandestinas de su red de combustibles, pero un año más tarde la cifra llegó a un récord de 14 mil 910.
Aumentan tomas ilegales
Para el periodo enero-mayo, el número de tomas clandestinas suma 4 mil 276, un ritmo casi similar al del año pasado, es decir, se perforan ductos de combustibles de Petróleos Mexicanos a razón de 855 perforaciones ilegales por mes.
Sin embargo, la Dirección Jurídica de Pemex reconoce que entre 2016 y 2019 se detuvieron en flagrancia por el delito de robo de hidrocarburos a 228 personas, de las cuales 44 eran trabajadores o extrabajadores de la petrolera.
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En información entregada vía la Plataforma Nacional de Transparencia con fecha del 19 de marzo de 2020, agrega que el problema es que de todas las personas detenidas tan sólo 35 fueron sentenciadas. El resto obtuvieron su libertad.
El equipo de abogados de la empresa presentó 25 mil 769 denuncias por este delito en los últimos cuatro años, de las cuales 20 mil 407 están concluidas, se abrieron 5 mil 216 carpetas de investigación, pero 146 están en proceso.
Amenazas cibernéticas
Además de este problema, la compañía petrolera sostiene que sus operaciones están respaldadas por los sistemas de tecnología de la información y, por lo tanto, la ciberseguridad desempeña un papel clave en la protección de sus operaciones, pero las amenazas cibernéticas y los ciberataques se están volviendo cada vez más sofisticados, coordinados y costosos, y podrían estar dirigidos a nuestras operaciones o sistemas de información.
Pemex explica que, aunque se ha establecido una política de seguridad de la información para ayudar a prevenir, detectar y corregir vulnerabilidades, el sistema tecnológico de la empresa se puede ver comprometido “debido a otro ataque cibernético, o debido a la negligencia o mala conducta de nuestros empleados, por lo que nuestras operaciones comerciales podrían ser interrumpidas o incluso paralizadas y nuestra información patentada podría perderse o ser robada”, advierte.
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Un año antes del ataque informático a las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) de Pemex, el 10 de noviembre de 2019, la Auditoría Superior de la Federación había detectado y advertido sobre vulnerabilidades en estas áreas, operadas en su momento por una plantilla de personal de 3 mil 18 plazas.