Las consecuencias del estancamiento y reducción de extracción de crudo por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el Golfo de México se reflejan en que la actividad marítima ha caído a su peor nivel desde 2011, muestran cifras de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante.
Las cifras de esta institución adscrita a la Secretaría de Marina arrojan que de enero a julio de 2024 se movilizaron 46 millones 385 mil toneladas de petróleo y derivados en el Golfo de México, 10.6% menos que en el mismo lapso de 2023.
Además de ser la mayor caída desde que hay registro, también representa los menores niveles observados históricamente.
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De acuerdo con expertos, la situación tiene origen en la reducción en la plataforma de extracción de la petrolera estatal, pues sin considerar los condensados, sus cifras revelan actualmente una producción promedio de 1.4 millones de barriles diarios, la más baja en 45 años.
Sin embargo, de acuerdo con la dirección saliente de la empresa, a cargo de Octavio Romero Oropeza, deben contarse los condensados de petróleo y el crudo superligero en las cifras de producción, lo que lleva el volumen a alrededor de 1.8 millones de barriles diarios.
En todo caso, la plataforma de producción permaneció igual a cómo se encontraba al concluir 2018, cuando se dio el último relevo de gobierno corporativo de Pemex.
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“Cuando Pemex cae, también se siente en la región del sureste, que históricamente ha dependido mucho de la actividad. Las familias, los empleos directos e indirectos en su mayoría tienen fundamento en Pemex y toda la economía petrolizada”, dijo Clemente Ruiz Durán, académico de la UNAM a EL UNIVERSAL.
“Entonces cuando vemos cómo batalla Pemex para producir, vemos que los puertos, las empresas de embarcaciones que están en ese sector llamado offshore [mar adentro], también van a padecer, y por eso mismo vemos que los adeudos a proveedores han crecido. Se crea un daño a las empresas, al empleo y al bienestar en general en la región”.
Impacto a navieras
Los ingresos de la empresa privada Grupo TMM por la actividad marítima en el Golfo de México se redujeron 35.3%, al pasar de mil 231 millones de pesos en 2022 a 796 millones de pesos el año pasado.
“Continuamos nuestros esfuerzos para diversificar nuestra base de clientes e implementamos un plan estratégico de reducción de costos para compensar parte de la inestabilidad en la industria petrolera”, indicó la firma en su reporte anual a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
La división de Transporte Marítimo de Grupo TMM proporciona servicios a diversos sectores, como la industria petrolera costa afuera, con embarcaciones especializadas de bandera mexicana, de preparación de lodos de perforación (loderos), abastecedores (PSV), remolcadores-manejadores de anclas (AHTS) y de transporte de personal, entre otras.
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También da servicio a la industria petroquímica y de hidrocarburos con buques tanque quimiqueros y petroleros.
Francisco Riveros, perito externo en el Consejo de la Judicatura Federal, especializado en la industria marítima, coincidió en que el problema radica en el letargo de la industria petrolera, en particular de Pemex, en el sureste del país.
“Esto les pega a las familias, en el empleo formal, la economía, la recaudación; sube la informalidad, baja el bienestar y aumenta la inseguridad porque son regiones muy dependientes de esto. Y también tiene impacto nacional, porque las navieras están asentadas en la Ciudad de México, Monterrey o Tamaulipas”, dijo a esta casa editorial.
“Estas navieras son proveedores de Pemex y tienen a sus contratistas, y el problema crece. Si no hay un impulso a este sector en el siguiente año, en la nueva administración, esta tendencia a la baja se va a conservar”.
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Problema añejo
Fluvio Ruiz Alarcón, exconsejero independiente de Pemex, dijo en una entrevista previa que la situación de Pemex se ve reflejada en los pagos a sus proveedores, lo que impacta en particular a las pequeñas empresas que, a diferencia de los grandes consorcios, tienen menos margen de maniobra financiero.
“La acumulación de los problemas de Pemex viene desde 1981-1982, con la entrada en vigor de un régimen fiscal que nunca le favoreció y que siempre servía al gobierno federal a tener ingresos para otros rubros sociales y económicos, respondiendo a compromisos políticos, y se convirtió en la empresa más endeudada del mundo. La petrolera no mejoró sus finanzas incluso en los años en que se obtenían los rendimientos más altos”, expuso.
La deuda de Pemex con sus proveedores y contratistas aumentó 240% en los dos últimos años, de acuerdo con datos de la misma petrolera.
Según los reportes de adeudos facturados a los que accedió EL UNIVERSAL, la petrolera tiene un saldo insoluto de 126 mil 357 millones de pesos al cierre de julio de este año.