La administración de Pemex aplicó un recorte de 18.4% en la plantilla laboral del Sistema Nacional de Refinación (SNR), lo que coincide con el estancamiento operativo de la red.
Las seis refinerías instaladas en territorio mexicano que conforman el SNR contaban con 21 mil 847 empleados en noviembre pasado, casi 5 mil menos que en diciembre de 2018, cuando empezaba la actual administración y se tenían 26 mil 775 colaboradores, señala información obtenida por EL UNIVERSAL a través de transparencia.
La exsecretaria general de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), Silvia Ramos, explicó que miles de trabajadores se fueron a resguardo en 2020 y 2021, en la pandemia de Covid-19, mientras que las refinerías del SNR continuaron operando.
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Ante esto, en la empresa “se dedujo que esas plazas sobraban y no se analizó que el trabajo de tres personas ahora lo hacían sólo dos”, aunque hay áreas que siguieron trabajando igual, señaló.
“Por otra parte, los técnicos y profesionistas (TyP) tenemos un grave problema de sobrecargas de trabajo, pero no así los trabajadores manuales porque sus horarios sí se respetan. Pero sí hay un problema por la falta de cobertura de plazas en los dos gremios: el manual y el de los TyP”, detalló Ramos en entrevista con El Gran Diario de México.
El experto en energía, Gonzalo Monroy, dijo que las refinerías mexicanas enfrentan el problema de no estar edificadas para el crudo pesado, el que más se extrae hoy, pues fueron configuradas para uno ligero, cuya producción es menor.
“Con este problema y el descuido que han tenido las instalaciones desde sexenios pasados, la inversión que este gobierno está realizando en el programa de rehabilitación de refinerías resulta insuficiente. Es poco el dinero que se le ha invertido en este sexenio, unos 300 millones de dólares a cada una”, comentó a esta casa editorial.
A pesar de los impulsos y apoyos que ha recibido Pemex en este gobierno, el porcentaje de utilización de capacidad instalada en las refinerías fue de 48% en 2023, lejos de la tasa de 75% de 10 años atrás.
El año pasado el SNR tuvo un promedio de procesamiento de 792 mil barriles diarios de petrolíferos, como gasolina, diesel y turbosina; un retroceso de 24 mil toneles frente a 2022, pero un avance de 181 mil respecto a 2018, de acuerdo con Pemex y la Secretaría de Energía (Sener).
Infraestructura del siglo pasado
El socio de la consultora energética Marcos y Asociados, Luis Miguel Labardini, expuso que el problema es que las refinerías ya son viejas, pero aun así la solución es invertir sumas fuertes de dinero para su reconfiguración y que su dieta pueda ser de crudo pesado.
“Para la reconfiguración de estas refinerías se requiere invertir, por lo menos, en cada una unos 2 mil millones de dólares. La otra opción es comenzar a importar más crudo ligero, pero esa sería una decisión política controversial”, expuso el ejecutivo a esta casa editorial.
Para rehabilitación de las refinerías, la actual administración ha invertido un total de 63 mil millones de pesos de 2019 a 2023, pero el crudo pesado es el más se procesa, cuya característica es que es más espeso y con mayor azufre, por lo que se genera alto combustóleo.
La Sener señala que por cada barril de crudo que se procesó en el SNR el año pasado, 15.7% del total era combustóleo, un derivado que no se puede usar como combustible automotriz, pero sí en los barcos y la generación de electricidad.
Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó una directriz en la que ordenaba a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comprarle combustóleo a Pemex para generar electricidad en sus plantas.
Se trata de un asunto controversial que ha afectado no sólo al sector eléctrico privado, sino a la CFE, así como a los objetivos de desarrollo sustentable y de transición a energías limpias, coinciden expertos.
El SNR se compone de la red de refinerías operadas por Pemex. Esta red de refinerías está diseñada para procesar petróleo crudo y producir una variedad de productos derivados, como gasolina, diesel, gas licuado de petróleo (GLP), querosenos, turbosina, entre otros.
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Salina Cruz se lleva la corona
De las seis refinerías del SNR, la ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, tiene la mayor capacidad de procesamiento de petrolíferos, con aproximadamente 330 mil barriles por día.
Le sigue el complejo de Tula, Hidalgo, cuya capacidad de procesamiento llega a 315 mil barriles, mientras en tercer lugar aparece la refinería de Cadereyta, Nuevo León, con un rendimiento estimado en 275 mil toneles. A pesar de ser uno de los más grandes y modernos, este último complejo ha sido motivo de críticas del gobernador de la entidad, Samuel García, debido a la contaminación que genera.
En cuarto peldaño aparece la refinería de Salamanca, Guanajuato, donde la capacidad de procesamiento asciende a 245 mil barriles diarios, en tanto que el complejo de Ciudad Madero, Tamaulipas, ofrece la posibilidad de atender 190 mil unidades y es una de las infraestructuras más antiguas.
Al último está la de Minatitlán, Veracruz, cuya capacidad ronda los 185 mil barriles, casi la mitad de lo que se espera de Dos Bocas.
Dos Bocas ya tiene mil 400 empleados
Considerado uno de los proyectos prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador y destinada a ser la primera refinería del país construida en cuatro décadas, el complejo Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, tiene ya cerca de mil 400 colaboradores, indican cifras obtenidas por EL UNIVERSAL mediante transparencia.
Si bien se trata de una instalación moderna y automatizada en comparación con sus pares, el personal puede incrementarse, ya que el objetivo es procesar 340 mil barriles al día.
En entrevista con El Gran Diario de México, el experto en energía Gonzalo Monroy estimó que la refinería de Dos Bocas podrá estar en funcionamiento pleno en 2025.
“Sin embargo, en general el gobierno tiene problemas severos con Pemex y sus pasivos financieros. La optimización del Sistema Nacional de Refinación (SNR) sólo podría hacer que la empresa dejara de perder tanto dinero, pero no revertiría la situación que tiene.
“Quien sea el sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá que hacer frente a este problema. Sacar de operación algunas refinerías sería muy drástico, pero también sería controversial comenzar a importar crudo ligero para eficientar la operación de las instalaciones, porque invertir el dinero que realmente necesitan estas refinerías recaería nuevamente en las finanzas públicas.
“Se tendría el problema de aportar recursos a Pemex y no a salud, educación, seguridad y otros pendientes que tiene el país”, explicó.
De acuerdo con sus estados financieros, Pemex tiene una deuda total de 105 mil millones de dólares, problemas crecientes de accidentabilidad, aumentos en las tomas clandestinas de ductos, deudas con sus proveedores, decenas de miles de juicios laborales contra sus propios trabajadores, entre otras dificultades.