Petróleos Mexicanos
(Pemex) cerró 2020 con una pérdida de 480 mil 966 millones de pesos y de acuerdo con el reporte financiero, enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) , se incrementaron 38% respecto de los resultados observados el año pasado.
Parte de esos resultados tienen que ver con el desplome de los ingresos de la petrolera estatal en 31% por los efectos de la pandemia por Covid-19, que obligó a reducir drásticamente la demanda de energéticos por el aislamiento social.
La empresa reportó un rendimiento neto de 124.2 mil millones de pesos en el cuarto trimestre del año pasado, comparado con una pérdida neta de 171.5 mil millones registrada en el mismo periodo del 2019.
Ese resultado, añade el reporte financiero , se alcanzó por el efecto de menores compras de importación de productos, la utilidad cambiaria originada por el fortalecimiento del peso frente al dólar en ese mismo trimestre, así como los beneficios fiscales en el DUC y los rendimientos de los instrumentos financieros a los que ha recurrido la petrolera.
Sin embargo, y contrario a los lineamientos establecidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador de no elevar el endeudamiento, Pemex elevó su deuda financiera en 13.9%, “debido al incremento en la deuda de corto plazo por uso de líneas de manejo de liquidez, así como a la depreciación en el tipo de cambio durante el año”.
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La petrolera señaló que, al 31 de diciembre del 2020, el monto total de su deuda, incluyendo intereses devengados, asciende a 2 billones 258.7 mil millones de pesos, 275.5 millones de pesos más respecto de la deuda reportada un año antes (un billón 983.2 mil millones de pesos).
Asimismo, la empresa estatal reconoció tener “una deuda considerable, contraída principalmente para financiar los gastos de inversión necesarios para llevar a cabo sus proyectos”. Pero debido a su fuerte carga fiscal, el flujo de efectivo derivado de las operaciones de la empresa en años recientes no ha sido suficiente para fondear sus gastos de inversión y otros gastos, por lo que su endeudamiento se ha incrementado significativamente y su capital de trabajo ha disminuido”.
Pemex agregó que “necesitará obtener cantidades significativas de recursos de una amplia gama de fuentes de financiamiento, además de implementar las medidas de eficiencia y austeridad necesarias”.
Advirtió que el 28.3% de su deuda vigente al 31 de diciembre del 2020, equivalentes a 32.1 mil millones de dólares, tienen vencimientos programados en los siguientes tres años.
Señaló que el nivel de endeudamiento de la empresa “podría incrementarse en el corto o mediano plazo, por nuevas actividades de financiamiento o la depreciación del peso en comparación con el dólar y podría tener un efecto adverso en su situación financiera".
Agregó que en caso de no poder obtener financiamiento en condiciones favorables, “esto podría limitar la capacidad de Pemex para obtener mayor financiamiento, invertir en proyectos financiados a través de deuda y afectar su capacidad para cumplir sus obligaciones de pagos de principal e intereses con sus acreedores”.
“Pemex podría estar expuesto a restricciones de liquidez y podría no cubrir su deuda o estar en condiciones de hacer las inversiones necesarias para mantener los niveles actuales de producción -de petróleo y gas-, así como para mantener e incrementar las reservas probadas de hidrocarburos asignadas a la empresa por el gobierno federal”, indicó.
En consecuencia, la petrolera “podría verse forzada a reducir los gastos de inversión planeados, implementar medidas de austeridad adicionales o vender activos no estratégicos adicionales, a fin de recaudar recursos”.
El reporte también advierte que “cualquier reducción adicional o futuro en la producción o disminución en los precios internacionales del petróleo crudo y del gas natural tendrán probablemente efectos negativos similares a los resultados de operación y situación financiera de la empresa, incluyendo reservas de hidrocarburos de México”.
Pemex volvió a insistir que “si el impacto de la pandemia por COVID-19 continúa durante un periodo prolongado de tiempo, podría afectar negativamente la capacidad para operar su negocio de la manera y en los plazos previstos previamente -en su Plan de Negocios-“.
“Esto podría tener consecuencias contables como la disminución de los ingresos y el valor de los inventarios, pérdidas cambiarias, deterioro de activos fijos y afectar su capacidad para operar un control interno efectivo sobre la información financiera”, señaló.
Detalló que en la medida en que la pandemia u otras puedan continuar impactando al país, “la economía mexicana y la economía global y, a su vez, el negocio, los resultados de operación y la situación financiera de Pemex es altamente incierta y dependerá de numerosos factores en evolución, que la entidad no puede predecir”.
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