Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el año pasado con una pérdida neta de 480 mil 966 millones de pesos, de acuerdo con su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y con una merma 38% mayor respecto a los resultados de 2019.

En buena medida, los resultados se deben al desplome de 32% de los ingresos de la petrolera, equivalentes a 448 mil 241 millones de pesos que dejó de percibir por los efectos de la pandemia de Covid-19, que obligó a reducir drásticamente la demanda de energéticos por el distanciamiento social y por una disminución de 292 mil millones de pesos como pérdida actuarial por beneficios a empleados (pasivo laboral).

La empresa reportó un rendimiento neto de 124.2 mil millones de pesos en el cuarto trimestre del año pasado, comparado con una pérdida neta de 171.5 mil millones registrada en el mismo periodo de 2019, el cual resultó insuficiente para evitar la pérdida anual.

Sin embargo, y contrario a los lineamientos establecidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador de no elevar el endeudamiento, los pasivos financieros de la empresa productiva del Estado crecieron 13.9%, “debido al incremento en la deuda de corto plazo por uso de líneas de manejo de liquidez, así como a la depreciación en el tipo de cambio durante el año”.

Pemex cerró 2020 con pérdida neta de 480 mil mdp
Pemex cerró 2020 con pérdida neta de 480 mil mdp

La empresa del Estado reconoció tener “una deuda considerable, contraída principalmente para financiar los gastos de inversión necesarios para llevar a cabo sus proyectos”.

Sin embargo, debido a su fuerte carga fiscal, el flujo de efectivo derivado de las operaciones en años recientes no ha sido suficiente para fondear tanto los gastos de inversión como otros, por lo que el endeudamiento se ha incrementado significativamente y el capital de trabajo ha disminuido.

Pemex agregó que “necesitará obtener cantidades significativas de recursos de una amplia gama de fuentes de financiamiento, además de implementar las medidas de eficiencia y austeridad necesarias”.

Advirtió que 28.3% de su deuda vigente al 31 de diciembre de 2020, equivalente a 32 mil millones de dólares, tiene vencimientos programados en los siguientes tres años. El nivel de endeudamiento de la empresa “podría incrementarse en el corto o mediano plazos, por nuevas actividades de financiamiento o la depreciación del peso en comparación con el dólar, y podría tener un efecto adverso en su situación financiera”.

En caso de no poder conseguir financiamiento en condiciones favorables, “esto podría limitar la capacidad de Pemex para obtener mayor financiamiento, invertir en proyectos financiados a través de deuda y afectar su capacidad para cumplir con sus obligaciones de pagos de principal e intereses con sus acreedores”, dijo.

La firma reconoció que podría estar expuesta a restricciones de liquidez y en riesgo de no cubrir su deuda o estar en condiciones de hacer las inversiones necesarias para mantener los niveles actuales de producción (de petróleo y gas), “así como para mantener e incrementar las reservas probadas de hidrocarburos asignadas a la empresa por el gobierno federal”.

En consecuencia, Petróleos Mexicanos “podría verse forzada a reducir los gastos de inversión planeados, implementar medidas de austeridad adicionales o vender activos no estratégicos adicionales, a fin de recaudar recursos”.

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