El creciente apoyo a Pemex y la presión por el gasto de pensiones representará “lo feo” que enfrentará el próximo gobierno, con lo que la próxima administración tiene el reto de presentar escenarios creíbles para mantener estable la perspectiva de calificación de México, dijo Moody’s.
“Lo que esperaríamos ver es, tanto en el transcurso del próximo año y que será clave para considerar si la perspectiva se mantiene estable o no es si la próxima administración podrá presentar un plan creíble y una consolidación fiscal”, dijo el analista para México de Moody’s, Renzo Merino.
Actualmente, Moody’s califica a México en “Baa2” con perspectiva estable y ha alertado sobre el elevado déficit considerado en el Paquete Económico de 2024 y las presiones fiscales que enfrentará la siguiente administración.
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“Este presupuesto 2024 sí ha trastocado la percepción que teníamos respecto al manejo fiscal que preveíamos en el caso de México”, consideró el especialista.
Durante el foro “Inside Latam: México 2023. Asignaturas pendientes de cara a una nueva administración”, el director asociado de riesgo soberano de Moody’s, Mauro Leos, dijo que lo que ocurra en las elecciones de 2024 no es tan importante ya que el principal reto lo tendrá la próxima administración, ante la incertidumbre de mayor impacto fiscal y sus impactos del país en el largo plazo.
"Lo que es importante es lo que va a pasar el próximo sexenio y ni Claudia (Sheinbaum) ni Xochitl (Galvez) saben lo que va a pasar”, dijo Leos.
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De acuerdo con Moody’s, para el próximo sexenio las presiones inmediatas están en los apoyos continuos a Pemex equivalentes a 1% del PIB, además del gasto en pensiones superiores a 4% del PIB.
En dicho entorno, Merino resaltó que se estará a la espera de la voluntad y capacidad de la próxima administración para aplicar reformas.
Moody’s resaltó que ante el déficit de 5% que ha presupuestado el gobierno, México será el segundo país del mundo con un indicador tan elevado, por debajo de India, lo cual lo estará desalineando de sus pares de calificación.
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La calificadora resaltó que el impacto del nearshoring no será un “tsunami” con la llegada de inversiones en el país y que en contraste, se presentará una oleada de anuncios de capital y su puesta en marcha, pero para aprovechar su potencial prevalece el reto de seguridad, energía, agua, entre otros pendientes de infraestructura.
Moody’s recordó que debido al buen dinamismo del consumo en el país, en 2023 se cerrará con crecimiento de 3.3%, pero se desacelerará a 1.9% en 2024 en línea con un menor dinamismo de la actividad en Estados Unidos, como efecto de las elevadas tasas de interés.
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