La pandemia no sólo ha dejado pérdidas millonarias para el turismo, sino también deudas impagables por la parálisis del sector y que amenazan el patrimonio de miles de empresarios.
La cartera vencida de aerolíneas, hoteles, restaurantes, transporte turístico, museos y zoológicos pasó de 752 millones de pesos en enero de 2020, a 3 mil 107 millones en el primer mes de 2021, es decir, creció más de cuatro veces en la crisis sanitaria.
Nueve de cada 10 pesos de este saldo corresponden al incumplimiento de pagos de créditos concedidos por la banca privada, mientras el resto fue otorgado por la banca de desarrollo, de acuerdo con información del Banco de México (Banxico).
Las aerolíneas fueron las que cayeron en mayor morosidad, pues su saldo vencido se disparó a mil 973 millones de pesos en enero de 2021, tras registrar 5 millones a inicios del año pasado.
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En el caso de los hoteles pasó de 255 millones a 402 millones y en los restaurantes se incrementó de 348 millones a 610 millones.
Los transportistas turísticos incumplieron con 82 millones de pesos, mientras los museos, sitios históricos y zoológicos sumaron vencimientos por 39 millones.
La otra asfixia del Covid: la deuda
Ingeniero civil de profesión, pero con 30 años en el sector hotelero, Adolfo González es socio de la cadena Hoteles Casa Real, que dispone de tres establecimientos con categoría de cuatro estrellas, los cuales se enfocan al segmento de negocios y suman 250 habitaciones en tres estados del país.
El hotel más grande se ubica en Celaya, Guanajuato; otro en Matehuala, San Luis Potosí, y uno más en la capital de Zacatecas. Todos fueron cerrados desde abril pasado, dejando a 70 personas sin empleo, con los consecuentes problemas laborales que esta decisión acarreó.
“Tomamos la decisión de cerrar el día que oímos a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador decir: ‘Que se rasquen con sus propias uñas’”, explica el empresario.
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Cuenta que debe 5 millones de pesos al banco mexicano Bansí, el cual dio un periodo de gracia de seis meses sobre el capital prestado, más no en los intereses, que venció en septiembre pasado. Sin embargo, señala que no ha podido pagar ni intereses porque los hoteles permanecen cerrados.
Bansí otorgó un plazo adicional a septiembre de este año, pero, a pesar de esto, González duda contar con recursos para hacer frente a los pagos.
La crisis que nadie vio venir
Con 62 años de edad, González expone que estaba acostumbrado a las crisis sexenales y a sortearlas, pero nunca había visto una como la actual: “Esta no la vio venir nadie”.
Dice confiar en que logrará brincar esta crisis, pero también reconoce que quisiera que alguien llegara en la actualidad a comprarle a mitad de precio sus hoteles, pues ya voltea al segmento del ecoturismo.
Explica que, con la situación actual, si tuviera los tres hoteles abiertos estaría perdiendo un millón de pesos mensuales, pero al cerrarlos desembolsa cerca de 100 mil pesos. “Nos sale más barato cerrarlos y apostarle a que los vamos a abrir algún día”.
Cuenta que hace tres meses, personal del IMSS embargó el hotel de Celaya, incluyendo un par de vehículos, por lo que inició tres amparos y dos denuncias penales contra personal del instituto, aunque cree que el proceso jurídico durará un año, pues los juzgados permanecen cerrados.
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“Al final no le alcanzamos a pagar al IMSS, le debemos 280 mil pesos de cuotas. Le pedimos más tiempo para pagarle, ante la falta de recursos, pero con una actitud gansteril nos embargaron, fue un auténtico robo. Nos están dejando sin posibilidad de abrir cuando el mercado lo permita”, acusa González.
“Ha habido cero apoyos del gobierno federal; al contrario, estamos sufriendo hostigamiento por parte del IMSS. Falta sensibilidad de parte de las autoridades, sólo les estamos pidiendo tiempo para abrir y tener ingresos para pagar”, agrega el también desarrollador inmobiliario.
Su caso es común en el país. Tan sólo en Guanajuato hay 103 hoteles cerrados, casi 6 mil 400 cuartos, y equivalen a una quinta parte del total de establecimientos, indican las cifras de la asociación de hoteleros del estado.
González calcula que, tan sólo de sus tres hoteles, la Federación dejará de recibir cerca de 6.5 millones de pesos al año por concepto de los pagos de IVA, ISR y prestaciones sociales, como las cuotas del IMSS e Infonavit.
Estima que al menos 40% de los hoteles de Guanajuato estarán cerrados para finales de año. “El día que abramos nuestra tarifa rack [máxima] tendrá que ser de 450 pesos, en lugar de los 850 que cobrábamos”.
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Con el mercado deprimido, los inmuebles deteriorándose y el hostigamiento del IMSS, señala que el gobierno estatal malversa recursos, pues subió el impuesto de hospedaje en Guanajuato de 2% a 4% en 2020 y sólo destinó 15 millones de pesos para la promoción turística este año.
“A todo esto hay que agregar la inseguridad, pues estamos en manos de El Marro y su gente. Aunque su líder ya está en la cárcel, Guanajuato es el estado más inseguro; la peor zona es el corredor Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y Valle de Santiago, a pesar de ubicarse en un punto estratégico para automotrices como Toyota y Mazda”, indica el empresario.