Ante una deuda global abultada que pasará del 93% del Producto Interno Bruto mundial (PIB) con 100 billones de dólares en 2024 hasta el 100% en 2030, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que es muy probable que se requieran ajustes fiscales mucho mayores a los planificados para estabilizar o reducir la deuda.
Para el caso de México, indicó el FMI, se debería evaluar de manera integral las tasas y los umbrales impositivos del IVA y del gravamen sobre la renta personal.
En el capítulo 1 que el organismo adelantó este martes como un avance del Monitor Fiscal titulado “Poner un tope a la deuda pública”, que dará a conocer de manera completa la próxima semana en el marco de las reuniones de otoño, muestra que los riesgos para las perspectivas de la deuda son fuertemente alcistas.
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“Existen buenas razones para creer que los niveles de deuda futuros podrían ser más altos que los proyectados actualmente”, previó.
Se pone de manifiesto que el discurso político sobre cuestiones fiscales se ha inclinado cada vez más hacia un mayor gasto gubernamental en las últimas décadas.
La incertidumbre de la política fiscal ha aumentado y las líneas rojas políticas en materia de impuestos se han vuelto más arraigadas, se advierte en el documento del organismo que preside Kristalina Georgieva.
Además, ponderó que las presiones de gasto para abordar las transiciones verdes, el envejecimiento de la población, las preocupaciones de seguridad y los desafíos de desarrollo de larga data están aumentando.
Presenta las alternativas que tendrían algunos países como México, para hacer un ajuste fiscal a través de paquetes ilustrativos que les permitiría bajar la razón deuda/PIB a niveles estables sin efectos sobre la producción y la desigualdad.
La primera opción es un paquete de ajuste indeseable que se basa en recortes a la inversión pública en lugar de que el gobierno se ajuste el cinturón, y que mantiene la mayoría de los subsidios no focalizados, el tipo de ajuste que los gobiernos han propuesto a menudo en el pasado.
Otra, es un ajuste, el más preferido porque mitiga los efectos adversos sobre la producción y la desigualdad, al combinar medidas de ingresos y gastos, salvaguardando la inversión pública que protege a los hogares vulnerables a través de transferencias específicas y elimina gradualmente los subsidios no focalizados.
Dicho ajuste requeriría reformas para abordar las rigideces presupuestarias y reasignar el gasto a donde más se necesita.
Considera que la eliminación gradual de los subsidios no focalizados o regresivos puede ayudar a limitar los recortes del gasto gubernamental.
Reconstruir los amortiguadores fiscales de una manera favorable al crecimiento y contener la deuda es esencial para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y la estabilidad financiera, según el reporte del FMI.
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