Debido a las altas tasas de interés, los países en desarrollo pagaron en el 2022 una cifra récord por su deuda y enfrentaron el aumento de 5% en intereses y principal, reveló el Banco Mundial (BM) en el Informe sobre la Deuda Internacional que dio a conocer este miércoles.
Según el reporte del organismo, durante el año pasado los países en desarrollo pagaron un monto de 443 mil 500 millones de dólares en deuda pública.
Lo anterior significó que en medio de la escasez de recursos, en vez de utilizarse para necesidades apremiantes como salud, educación y medio ambiente, se destinaron para el pago de la deuda, ponderó.
Advirtió que los países más pobres corren el riesgo de sufrir crisis de deuda a medida que aumentan los costos de endeudamiento.
Mencionó que tan sólo en los últimos tres años, hubo 18 incumplimientos soberanos en 10 países en desarrollo, un número mayor que el registrado en las dos décadas anteriores.
Actualmente, alertó, alrededor del 60% de los países de bajos ingresos corren un alto riesgo de sobreendeudamiento o ya lo están.
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Aumentan costos del servicio de deuda, se cuadruplicaron en últimos 10 años
En el reporte se pone de manifiesto que los 75 países elegibles para recibir préstamos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del BM, que apoya a las economías más pobres, pagaron una cifra récord de 88 mil 900 millones de dólares en costos de servicio de la deuda en 2022.
Durante la última década, los pagos de intereses de estos países se han cuadruplicado, hasta un máximo histórico de 23 mil 600 millones de dólares en 2022, subrayó.
Se espera que los costos generales del servicio de la deuda para los 24 países más pobres se disparen en 2023 y 2024, hasta en un 39%, según el informe.
Al respecto, el economista en jefe y vicepresidente senior del Grupo del Banco Mundial, Indermit Gill, dijo que “los niveles récord de deuda y las altas tasas de interés han puesto a muchos países en el camino hacia la crisis”.
Matizó que “cada trimestre en que las tasas de interés se mantienen altas, más países en desarrollo se encuentran en dificultades y enfrentan la difícil opción de pagar el servicio de sus deudas públicas o invertir en salud pública, educación e infraestructura”.
Gill consideró que “la situación exige una acción rápida y coordinada por parte de los gobiernos deudores, los acreedores privados y oficiales y las instituciones financieras multilaterales: más transparencia, mejores herramientas de sostenibilidad de la deuda y acuerdos de reestructuración más rápidos. La alternativa es otra década perdida”.
En el informe se pondera que a medida que los costos del servicio de la deuda han aumentado, las nuevas opciones de financiamiento para los países en desarrollo han disminuido.
Por ejemplo, refirió que en 2022, los nuevos compromisos de préstamos externos a entidades públicas y con garantía pública en estos países cayeron un 23% a 371 mil millones de dólares, el nivel más bajo en una década.
Los acreedores privados se abstuvieron en gran medida de los países en desarrollo y recibieron 185 mil millones de dólares más en reembolsos de principal de lo que desembolsaron en préstamos, puntualizó.
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vcr
