México se encuentra todavía lejos de las inflaciones de doble y hasta triple dígito que padeció durante las décadas de los 70, 80 y 90. Sin embargo, para uno de cada tres mexicanos, la inflación actual es la peor que han visto en su vida.
Conocida como el impuesto de los pobres por dañar más a quienes menos tienen, la inflación llegó a 7.3% en febrero de este año, tras reportar tasas de 7.1% en enero y 7.4% en diciembre y noviembre pasado.
La inflación no había llegado a niveles tan altos en 21 años; desde enero de 2001, cuando anotó una tasa de 8.1%, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi .
Esto significa que los mexicanos que nacieron después de ese mes nunca habían padecido un encarecimiento parecido al actual.
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El Censo de Población y Vivienda 2020 que realizó el Inegi del 2 al 27 de marzo de ese año reveló que 126 millones 14 mil personas habitaban el país en ese entonces, de las cuales 32% o 40 millones 556 mil tenían menos de 19 años de edad. En la actualidad, esas personas cuentan con menos de 21 años y representan un tercio de la población nacional.
La expectativa de los analistas es que la carestía continúe siendo superior a 7% durante marzo, así lo revela la reciente encuesta que CitiBanamex aplicó a 29 instituciones financieras.
Las nuevas generaciones crecieron cuando había un entorno de inflación baja y estable, pero ahora padecen, por primera vez, una carestía con componentes locales, puesto que la subida de precios dejó de ser sólo un fenómeno importado, explicaron analistas consultados por EL UNIVERSAL.
Si bien México no está padeciendo una inflación de dos dígitos, como sucedió a finales del siglo pasado, hay productos básicos que se están encareciendo a tasas similares.
Los especialistas reconocieron que parte de la subida de productos agropecuarios y energéticos responde a factores externos, pero también a temas locales como la menor producción, sequías y crimen organizado , lo que tiene una incidencia importante en el presupuesto de los mexicanos.
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La canasta de más de 100 tipos de alimentos que cotiza el Inegi se encareció 12.3% en febrero de este año, siendo su mayor alza desde septiembre de 1999 y, además, liga cuatro meses con alzas a tasas de doble dígito. En particular, las frutas frescas se dispararon 36% el mes pasado.
El Consejo Nacional Agropecuario ( CNA ) considera complicado que los precios de agroalimentos regresen este año a los niveles estables de antes.
“Es difícil pasar por alto el factor de la violencia proveniente del crimen organizado en algunas regiones del país, por lo que se estima que una importante cantidad de hectáreas se han dejado de trabajar”, señaló en enero pasado.
Consideró necesario que se implementen políticas públicas que hagan más productivo el campo para garantizar la producción y abasto de alimentos.
Desde su perspectiva, la autoridad debe tomar decisiones basadas en “datos, en evidencia científica, y no en ideologías radicales que sólo conducen a retrocesos y se convierten en una barrera a la modernidad, lo que impide garantizar el abasto de alimentos a la población”.
La economista en jefe de Finamex Casa de Bolsa, Jessica Roldán, advirtió que “históricamente hay precios locales que una vez que suben tardan en descender”.
Destacó que, después del confinamiento por la pandemia, algunos servicios de preparación de alimentos empezaron a subir sus precios, en la medida que se reabre la economía.
Cifras del Inegi señalan que los restaurantes elevaron sus precios 7.9% en febrero y fue la mayor alza desde octubre de 2001, mientras las loncherías, fondas, torterías y taquerías se encarecieron 10.1%, tratándose del incremento más alto desde junio de 2001.
“Sorprendieron al alza con lecturas por arriba del promedio histórico. Ese tipo de elementos [los servicios de alimentos], ya no son importados”, afirmó.
Lo mismo sucede con la educación privada, pues cuando las escuelas cerraron bajaron las colegiaturas, pero este año han estado aumentando más de lo normal, detalló.
Pandemia y guerra
El subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa, Luis Adrián Muñiz, explicó que la inflación que se vive actualmente responde a un choque de oferta mayoritariamente externo, aunque también proviene de elementos internos.
Los choques inflacionarios están llegando de todos lados, algo que no se veía en décadas, como efecto de lo que podríamos considerar “un combo pandemia-recuperación-guerra”, aseguró.
Destacó las consecuencias que trae la carestía del petróleo, como el aumento en los precios de los combustibles.
“Genera presiones de costos en toda la cadena productiva de bienes importados, pero hay otros como el precio del gas que no se pueden controlar tanto como el precio de las gasolinas, lo que va a tener una presión de oferta interna”, estimó.
Expuso que los nuevos choques aparecieron a partir del conflicto bélico que inició el pasado 24 de febrero.
Quiere decir que, probablemente en marzo, el choque puede ser más grande, sentenció.
“Es difícil ahora hablar de niveles porque todavía no sabemos muchas cosas, pero cualitativamente todos tenemos claro que el choque es hacia arriba, y la inflación ya no será de 4% o 5% este año”, matizó.
El reciente sondeo de CitiBanamex reveló que siete de las 29 instituciones consultadas proyectan una inflación de más de 5% para 2022.
Existe un choque de oferta que va a impulsar al alza a la inflación de manera importante, afirmó Luis Adrián Muñiz.
De la parte local, estableció que el efecto dependerá del precio de las gasolinas, el gas y cómo son impactados los costos de toda la cadena de producción de los bienes que se traen del extranjero, no necesariamente de Rusia, sino de otros países con los que México tiene más relación y cuyos precios también están subiendo.
“Es un contexto muy complicado e incierto, tanto de magnitud como de duración. Lo único que sabemos es que va para arriba”, alertó el experto.
Detalló que el problema de las gasolinas es el petróleo , debido a las circunstancias bélicas actuales, al igual que en el caso de las tortillas por los granos.
Considerado el alimento principal de los mexicanos, las tortillas de maíz se encarecieron en promedio 18.1% en febrero y fue la mayor alza de la última década. En tanto, las elaboradas con harina de trigo subieron 13.9%, reportó el Inegi.
“Es un choque externo que va a generar que las cadenas productivas locales enfrenten mayores costos, y por lo tanto subirán sus precios”, explicó el analista de Vector Casa de Bolsa .
La inflación ya traía una dinámica complicada, pero el conflicto entre Rusia y Ucrania le dará un impulso adicional a los precios, puntualizó.
Sobre el aumento del limón, explicó que se debe al ciclo agropecuario doméstico y problemas internos que, en su momento, llevaron a que el precio del kilo se vendiera en más de 80 pesos.
Desde su punto de vista, los productos agropecuarios, cuyo precio no depende del extranjero, posiblemente van a moderar sus precios en los siguientes meses, aunque no ayudará si la gasolina continúa subiendo.
En su opinión, las loncherías y taquerías comenzaron a trasladar costos previos aprovechando la reapertura de la economía y el proceso de vacunación.
No obstante, advirtió que habrá repercusiones si sube el precio de algún insumo, ya sea porque es importado o está relacionado con el precio de los granos, o si la actividad es intensiva en el uso de gas.
En la medida en que cualquier sector esté expuesto a estos incrementos al productor, sus costos lo van a replicar en el consumidor final.
Respecto a las colegiaturas, dijo que el aumento es consecuencia de la pandemia, porque bajaron en algunos casos cuando las clases eran en línea, luego se incrementaron y ahora la educación es más cara que antes de la emergencia sanitaria.
“Al final, todo suma, sin importar si es inflación importada o local”, manifestó.
Muñiz hizo ver que “no padecemos una inflación de dos dígitos, como la que vivieron nuestros abuelos o padres, pero el ritmo en que suben los precios daña a las familias”.
Es un proceso inflacionario que no se daba en décadas y tiene fuertes repercusiones sobre la población, debido a choques de oferta que no se habían presentado antes, como la pandemia y la guerra en Ucrania, afirmó.
Alza endémica
El subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath , admitió que los aumentos en los precios de los servicios evidencian una inflación más local y endémica.
Reconoció que todos los precios ya están subiendo, por lo que ya no se puede decir que es un fenómeno importado.
En el marco de la reunión de consejeros de CitiBanamex, dijo que los precios de los servicios están aumentando de manera importante a pesar de que la economía se encuentra estancada.
Para el caso de México, afirmó que el fenómeno actual es una “ inflación pandémica ” con condiciones muy particulares.
Tiene elementos relevantes que vienen de afuera, pero también factores idiosincráticos locales que son propios de la economía mexicana y que están contribuyendo a este fenómeno generalizado de precios, concluyó el subgobernador.