Las empresas que tengan servicios de laboral, no se salvarán de dar el aumento al salario mínimo de sus trabajadores, afirmó el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

El gremio de los contadores también aseguró que dicho incremento tendrá un impacto menor sobre las negociaciones contractuales, por lo que las preocupaciones del Banco de México (Banxico) por el llamado “efecto faro” que se convertirá más bien en un “efecto velita”.

En conferencia de prensa, el presidente de la Comisión Fiscal, Héctor Amaya Estrella, explicó que por ley, todo trabajador sin importar si está contratado directamente por la empresa o por una outsourcing, recibirá el aumento salarial a partir de enero del 2020.

“En cuanto al outsourcing, no pueden estar fuera de la ley, por tal motivo cualquier pago al trabajador contratado, no puede estar aislado; las ouotsourcing también tendrán que dar el aumento salarial”, manifestó.

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Sobre la reforma que está pendiente de aprobación en el Congreso, dijo que es necesario encontrar un punto de equilibrio para regularlo y supervisarlo.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Análisis Económico, Ernesto O´Farrill, afirmó que el incremento del 20% en el salario mínimo, no se va a replicar en los aumentos de los salarios contractuales.

“Es muy difícil. Las circunstancias económicas que se están viendo, no lo permiten”, aseguró.

Para las negociaciones contractuales o de la masa salarial que sería el agregado total, estimó que podría ser menor al 20%, quizá sea ligeramente arriba de la expectativa de la inflación.

En su opinión, eso podría ser absorbido en parte por las empresas en el margen que tengan.

Con ello, estableció que el “efecto faro” del que habla el banco central, sí se da pero, es muy pequeño, por lo que podríamos prever que sería más bien un “efecto velita”.

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EXPERIENCIA EN CIUDADES FRONTERIZAS

En tanto, la presidenta del IMCP, Diamantina Perales, recordó los problemas a los que se enfrentaron las maquiladoras establecidas en las ciudades fronterizas con el aumento del salario mínimo.

“Fue positivo porque el ingreso de los trabajadores comenzó a ser más competitivo respecto al de Estados Unidos, y sobre todo para la economía de las ciudades fronterizas”, detalló.

Pero, refirió que como la mayoría de las ciudades en la frontera norte depende en gran medida de la industria maquiladora y muchas de éstas cuentan con sindicatos, hubo problemas con las prestaciones.

“No se visualizó o no se identificó por parte de las empresas y sindicatos, que esos contratos vigentes, con beneficios adicionales al sueldo como bonos y prestaciones superiores a la ley, están fundamentadas con base al incremento al salario mínimo que era normalmente de entre 2% y 3%”, expuso.

Hubo una serie de negociaciones importantes, por el impacto fuerte en las empresas maquiladoras, aunado a que no se podían deducir ciertos aspectos relacionados con los salarios.

Lo anterior, provocó que algunas plantas productivas, dejaran de trabajar en lo que llegaban a un acuerdo dependiendo del número de trabajadores, comentó.

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afcl

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