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La próxima administración federal se encontrará con que la actividad del crimen organizado en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), mediante tomas clandestinas, no deja de crecer exponencialmente.
La empresa informó que en los primeros nueve meses del año el número de perforaciones ilegales aumentó 46.5% en comparación con el mismo periodo del año pasado en la red de 17 mil kilómetros a través de la cual se transportan petrolíferos como gasolinas, diesel, turbosina, gas LP y gas natural.
Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2018, las distintas agrupaciones delincuenciales dedicadas al robo de combustibles de Pemex realizaron 11 mil 240 tomas clandestinas, es decir, 3 mil 571 más que en el mismo periodo del año pasado.
Esto significa que para robarle combustibles a la petrolera los huachicoleros realizaron 41 perforaciones por día —en promedio— en este año, el monto más alto en la historia del país.
Entre enero y septiembre del año pasado, el número de incidencias de este tipo en la infraestructura de Pemex fue de 7 mil 669, un promedio diario de 28 perforaciones ilegales.
La información difundida por Petróleos Mexicanos confirma que el crimen organizado sigue teniendo bajo su control la red de ductos que atraviesan los estados de Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Puebla, Tamaulipas y Veracruz, porque en esas entidades es donde se realiza el mayor número de tomas clandestinas, situación que se ha prolongado por años.
En los primeros nueve meses de 2018, en estas siete entidades federativas se perpetraron oho de cada 10 tomas clandestinas a nivel nacional, en total 8 mil 917.
En consecuencia, 2018 será el peor año de esta administración en materia del delito de robo de combustibles a través de tomas clandestinas, ya que faltando los datos correspondientes a octubre y noviembre, las perforaciones ya son más de 11 mil 240.
En términos de sexenios, el de Peña Nieto será el que entregue peores números en esta materia, pues hasta el momento se está a apenas 25 perforaciones de superar las 40 mil a lo largo de toda la administración.
Este número rebasa por mucho los registros de los ex presidentes Vicente Fox, que tuvo un total de 890 tomas clandestinas en seis años, mientras que en el caso de la administración de Felipe Calderón con se contabilizaron 4 mil 865.
El problema ha alcanzado niveles tales que se dejó de calcular el daño económico no sólo para Pemex, sino para el país, por los costos que representa intensificar las medidas de vigilancia en la red de ductos, comprar y usar tecnología de punta como drones y aviones no tripulados reparar las tomas clandestinas y, al menos hasta 2017, hacerse cargo de los daños por afectaciones de los derrames provocados por perforaciones.
El último dato disponible sobre el daño económico fue compartido por el director de Pemex, Carlos Treviño Medina, quien considera que las mermas ascienden a 30 mil millones de pesos anuales.