Las remesas que envían los mexicanos, principalmente desde Estados Unidos, pueden tener un mejor futuro en 2021, aunque difícilmente podrían superar el récord que se prevé para el cierre de este año, de alrededor de 40 mil millones de dólares.
Sin la retórica antiinmigrante del presidente estadounidense Donald Trump —que dejará el cargo el próximo mes—, el impulso del nuevo paquete de estímulos fiscales por 900 mil millones de dólares que aprobó el Congreso de ese país para apoyar a hogares y empresas, aunado a la vacuna contra el Covid-19, mantendrá a flote a los “migradólares” el siguiente año.
Esto ayudará a los migrantes a enfrentar la segunda oleada del coronavirus, ante el golpe de los indicadores epidemiológicos que reportan y el peligro de mayor letalidad con la aparición de una nueva cepa.
El segundo paquete de estímulos tendrá un impacto sobre el empleo de los mexicanos que trabajan del otro lado de la frontera norte, lo que influirá en la dinámica de las remesas.
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Con el primer apoyo que se dio en EU para enfrentar la crisis económica provocada por el Covid-19, el Banco de México (Banxico) estimó que el monto que un inmigrante mexicano pudiera haber recibido superaría su salario promedio en la mayoría de estados y, en particular, en aquellos con mayor participación en el envío de remesas.
Se espera que California y Texas sean nuevamente los estados de la Unión Americana que recibirán prioritariamente el beneficio por ser de los más afectados con el repunte de contagios, y desde esos lugares se observó mayor envío de remesas.
El equipo de análisis de Banorte ajustó hace días su estimación a un flujo total para todo 2020 de 40 mil 400 millones, desde su pronóstico previo de 39 mil millones de dólares.
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El nuevo pronóstico implicaría que la suma de los dos últimos meses del año crecerá por lo menos en 13.1% en comparación con 2019. De confirmarse, sería la primera vez que se superen 40 mil millones de dólares, es decir, un alza de 10.9% anual.
Resiliencia
En un año tan complicado por los efectos del virus SARS-CoV-2, las remesas se hicieron resilientes, algo que no se vio en la crisis de 2008.
La fortaleza que han mostrado estos envíos podría haber sido influida por una variedad de factores, uno de ellos la evolución relativa del empleo en los estados que concentran en mayor grado los inmigrantes mexicanos, así como apoyos otorgados en ese país para enfrentar la crisis, como los beneficios por desempleo, ponderó Banxico.
El Banco Mundial (BM) destacó el papel de las remesas contra la pobreza en la que cayeron miles de personas en 2020.
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En su resumen de 2020, el organismo señaló que por el Covid-19, las estimaciones apuntan a que a fines de 2021 dichos flujos caerán 14%, es decir, una baja menor en comparación con las primeras estimaciones a causa de la pandemia. Ello sin dejar de reconocer que eso implicaría una disminución histórica.
Se prevé que todas las regiones registrarán una baja en envíos pues, de acuerdo con el BM, un dato asociado es que en 2020 la cantidad de migrantes internacionales caerá por primera vez en la historia moderna.
Las nuevas migraciones se han desacelerado y se incrementaron las migraciones de regreso, destacó. En los países en desarrollo, estas caídas están afectando el sustento de muchas familias pobres.
Lo anterior, porque las remesas de los migrantes son cruciales para los hogares de todo el mundo y los expertos temen que, a medida que disminuyan, aumente la pobreza, empeore la seguridad alimentaria y los hogares pierdan medios para solventar servicios.
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