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maria.saldana@eluniversal.com.mx
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recortó su pronóstico de crecimiento de México a 0.5% para 2019, lo que significó un fuerte ajuste a la baja, ya que son 1.1 puntos porcentuales menos que 1.6% que calculó en abril pasado.
El organismo internacional también ajustó su previsión para el próximo año, al pasar de 2% a 1.5%.
Las actualizaciones de la institución que comanda el mexicano José Ángel Gurría son más conservadoras que otras entidades globales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera un avance de 0.9% para 2019 y de 1.9% para 2020, y que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que anticipa 1% para este año.
La OCDE consideró que el panorama económico global continúa oscureciéndose, debido a las tensiones políticas y comerciales, problemas que afectan el desempeño del crecimiento.
En consecuencia, la institución también revisó a la baja los pronósticos de expansión de la economía mundial, a 2.9% para este año, y a 3% para el próximo.
Este escenario de menor dinamismo considera un ritmo de avance menor en mercados emergentes como Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica.
De acuerdo con las proyecciones de su informe del panorama económico intermedio de la OCDE, se proyecta que la mayor economía del mundo, Estados Unidos, tendrá un aumento del PIB de 2.4% en 2019 y de 2% en 2020, en ambos casos con revisiones a la baja.
Para la zona euro se espera un crecimiento de 1.1% en 2019 y de 1% para 2020, dinamismo en el que incide la desaceleración de Alemania, con un avance de 0.5% este año y de 0.6% para 2020.
Empleo castigado. En el documento de la OCDE se detalla que aunado al menor dinamismo económico, se prevé una más lenta generación de empleo, así como una baja en las intenciones de contratación en la zona euro, Alemania, Estados Unidos y Japón.
“Los conflictos comerciales están afianzando la incertidumbre y corre el riesgo de daños duraderos a la inversión”, a lo que se suma la falta de acuerdos para concretar la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea y que llevará a “disrupciones comerciales en las economías europeas que impactarán a la economía mundial”.
Los mayores impactos en la economía europea se pueden ver en equipo electrónico, materiales para manufactura, equipo de transporte, agroalimentos, metales, maquinaria y equipo, y químicos.
“El crecimiento continúa lento en economías avanzadas y emergentes. La inversión tiene afectaciones por la alta incertidumbre política que alimenta un colapso en el crecimiento comercial y la caída en la manufactura. El consumo se mantiene, aunque tiene la amenaza de una desaceleración por el bajo aumento del empleo”, advierte.
De seguir la escalada de restricciones comerciales continuará la incertidumbre y puede poner en riesgo el futuro del crecimiento.
Ante este panorama, la OCDE propone que los gobiernos inviertan más en infraestructura para revertir la caída de las economías, por ejemplo, hay un amplio margen para mejorar la infraestructura carretera, energética, agua potable, drenaje, telecomunicaciones, trenes y aeropuertos.
Expuso que las economías más desarrolladas pueden atraer inversiones vía maniobras en las políticas monetarias, así como llegar a acuerdos que restauren la confianza entre los inversionistas.