La falta de conectividad, infraestructura y logística en los estados del sur-sureste de México hacen que no sean atractivos para invertir, como lo mostró la decisión de Tesla de construir una fábrica en Nuevo León, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su Análisis Económico Ejecutivo semanal, el centro dijo que esta decisión de la empresa de autos eléctricos “no sorprende”, porque la mayoría de las inversiones automotrices se instalan en el corredor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es decir de Puebla al norte, porque las condiciones son mejores que en estados del sur.
“La lección es clara, la región (sur-sureste) requiere de muchos elementos que son responsabilidad del Estado, como mejor infraestructura, logística, comunicaciones, conectividad, seguridad de energía eléctrica, regulaciones adecuadas y Estado de derecho, además de actitud positiva de autoridades y población ante la inversión”, expusieron los economistas del CEESP.
Añadieron que “sería deseable que este tipo de inversión se situara en el sur-sureste”, como lo expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmando inicialmente que no se permitiría la instalación en Nuevo León.
Sin embargo, “la empresa simplemente se negó, insistió en su propuesta y finalmente se concretará en Nuevo León, no en el sur-sureste”, dijo el CEESP.
El problema está en que la inversión pública en esos rubros en los estados del sur cayó sustancialmente y sólo se mantuvo en los proyectos insignia, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Es probable que los proyectos anteriores dejen un valor neto negativo a la población del sur del país e incluso que se conviertan en “elefantes blancos”, así como parece estar el AIFA, porque no se hicieron estudios de rentabilidad social.
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