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La aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no podrá darse en tanto no se retire la amenaza del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles a productos nacionales, dijeron representantes de las cúpulas empresariales de ambos países.
Los presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México, Carlos Salazar Lomelín, y el presidente y CEO de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (US Chamber of Commerce), Thomas J. Donohue, dijeron que la solución al problema migratorio no es imponer aranceles a productos nacionales.
Explicaron que así no se atacan las causas fundamentales del éxodo de personas, además de que pone en peligro los intereses de México y EU, coincidieron en Washington.
Afirmaron que los gobiernos de los dos países “deben trabajar junto con sus comunidades empresariales y sus contrapartes del triángulo del norte para resolver la crisis actual”.
Detallaron que se establecerá un grupo de trabajo entre gobierno y empresarios dedicado a “formular y promover propuestas para reducir la migración en el corto plazo”, con el fin de identificar formas de financiamiento a proyectos clave de infraestructura y desarrollo.
Además, trabajarán en la implementación de una hoja de ruta estratégica en el plazo inmediato.
En un comunicado conjunto informaron que “como líderes de los sectores privados de Estados Unidos y México nos comprometemos a fomentar la relación comercial y favorecer el intercambio, no aranceles”.
Política espejo. México debe estar listo para aplicar una “política espejo” en caso de que el gobierno de Trump imponga el arancel de 5% a los productos nacionales a partir del 10 de junio, dijo el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega.
Dijo que el gobierno nacional debe responder en la misma proporción y magnitud, pero evaluando dónde se causará más impacto.
Es decir, “es una operación quirúrgica donde más les duela, pero también tomando en cuenta donde menos impacte en inflación”.
Para De la Vega si se aplica ese arancel habrá afectaciones a exportaciones agropecuarias, sobre todo a pequeños productores, mientras que los grandes tienen liquidez y fondos para pagar ese impuesto.
Recordó que eso ocurrió con el jitomate mexicano, porque a partir del 8 de mayo de 2019, Estados Unidos impuso una cuota compensatoria de 17.5% y los productores de gran tamaño siguen exportando, pero los chicos ya no lo hacen.
La calificadora Fitch advirtió que si se aplica el arancel pegará en el flujo de efectivo de las empresas, particularmente el de las automotrices.