maria.saldana@eluniversal.com.mx
Hoy se reanudan las reuniones ministeriales para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las cuales están atoradas por ocho temas en los que hay desacuerdo, mientras que dos están por cerrar y en tres el progreso es bueno y están a medio camino de concluir.
De acuerdo con una infografía de Wilson Center Home, la complejidad es “alta” y muy lejana la posibilidad de cierre en: propiedad intelectual, materia en la que no hay ni siquiera movimiento; en reglas de origen, el diálogo es constructivo pero complejo; en solución de controversias entre inversionistas y los gobiernos; en disputas comerciales de los capítulos 19 y 20, la cláusula de terminación del tratado y compras de gobierno.
Así como en energía, área en la que la discusión se encuentra en su fase inicial y, en agricultura se está lejos del cierre. En tanto que se considera que están por cerrar los capítulos de facilitación comercial, medidas fronterizas y barreras técnicas al comercio.
En estos encuentros se espera que la representación mexicana, encabezada por la Secretaría de Economía, presente la contrapropuesta en materia de reglas de origen para el sector automotriz.
La respuesta que entregará el gobierno nacional será producto de una semana de reuniones que tuvo el titular de Economía, Ildefonso Guajardo, con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, con la Industria Nacional de Autopartes y representantes de armadoras del país.
La idea es presentar una propuesta que sea viable, de acuerdo con las palabras del funcionario. Antes de conocerse el planteamiento mexicano, el que está sobre la mesa pretende incrementar el porcentaje de contenido regional de 62.5 a 75 y que 40% se ligue a investigación, desarrollo y a salarios de 16 dólares la hora.
El martes de la semana pasada, el funcionario reconoció que no se ha tenido la flexibilidad necesaria para llegar a un acuerdo, por lo que siguen sin consenso en los temas de mayor conflicto, como cambios a las reglas de origen para los automóviles fabricados en la región, los capítulos de solución de controversias, la cláusula de terminación o muerte súbita del acuerdo —también llamada sunset—, el tema de estacionalidad y compras de gobierno.
A lo que se le sumaron otros temas en los que tampoco hay acuerdo como la franquicia para importar mercancía por paquetería; actualmente en México se le permite a una persona la importación de productos por 50 dólares, pero la propuesta de Estados Unidos es aumentarla a 800 dólares en toda la región.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, confirmó que tampoco hay consenso en el tema de franquicias de importación y en laboral, entre otros. Y aunque en los capítulos “álgidos”, dijo, se busca avanzar, porque se registran importantes logros de menor complicación.
Para el representante de la iniciativa privada, la propuesta estadounidense de reglas de origen en el sector automotriz es inaceptable y “definitivamente como empresarios y cuarto de junto no acompañaríamos un cierre que atente contra los empleos en México”.
A pesar de ello, tanto Guajardo como Castañón consideraron que el escenario de negociación será intenso en estos días, a fin de lograr de aquí al 15 de mayo un acuerdo en principio para que el gobierno estadounidense lo someta a la aprobación de su Congreso, antes de que éste se renueve.
De acuerdo con expertos, los estadounidenses insisten en que el TLCAN concluya si no se alcanzan ciertas condiciones, por ejemplo, si no se reduce el déficit comercial que tiene ese país con México en los siguientes cinco años.
Además de que siguen sobre la mesa las propuestas de desaparición de los capítulos de solución de controversias entre inversionistas y el Estado, de resolución de conflictos de por dumping y subsidios y el que sea optativo el capítulo 20, por el que se resuelven todo tipo de conflicto comercial.
Así como el surgimiento de un mecanismo para resolver controversias en el sector agrícola que restringiría las exportaciones de frutas y hortalizas en temporada de cosecha de los estadounidenses.