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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenó a todas las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, extinguir o liquidar los fideicomisos públicos que tengan bajo su responsabilidad.
Esto con el fin de poder disponer de los recursos que tienen para poder usarlos en tiempos de la emergencia sanitaria por la que atraviesa el país por el coronavirus.
Se trata de los Fideicomisos que están en manos del sector público. Actualmente hay 338 fideicomisos públicos a nivel federal que no tienen estructura administrativa con recursos por 740 mil millones de pesos.
Pero, ¿para qué son y para qué sirven?
Seguramente alguna vez oíste hablar de un fideicomiso que se forma para asegurar la educación de un menor de edad cuando sus padres fallecen y se nombra a un representante legal. Este es un ejemplo de un fideicomiso privado.
Ahí se depositan los bienes o dinero de la herencia que será administrada para la manutención del huérfano, y que pasará a sus manos cuando cumpla los 18 años, es decir la mayoría de edad.
El director de la firma López Elías Finanzas Públicas, Pedro López, explicó que un fideicomiso es un contrato firmado por tres partes. En entrevista, dijo que sirve como mecanismo para destinar ciertos bienes o recursos en beneficio propio a para un tercero.
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Cuando es un fideicomiso público, parte del dinero lo pone el Estado, señaló el especialista.
Como ejemplo mencionó el Fideicomiso del gobierno federal exclusivo para depositar recursos para casos de desastres, el Fonden o el que se abrió para la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Refirió que los primeros fideicomisos se crearon en 1926, y tomaron mucha importancia en la década de los setenta y ochenta, en la época en que gobernaba el presidente José López Portillo.
Desde entonces, el número de fideicomisos, sobre todo los que no cuentan con una estructura orgánica, los mandatos o análogos de carácter federal.
Es decir que proliferaron sin ningún control, ni mecanismo de transparencia y rendición de cuentas.
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“Son opacos, no dan información; sería importante que la secretaría de Hacienda diera a conocer los movimientos que ha tenido”, consideró.
De la decisión de usar el dinero depositado en dichos fideicomisos para pagar deuda, como lo comentó hoy el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera, el jefe de investigación Económica para América Latina de Barclays, Marco Oviedo afirmó que es una decisión acertada.
“A mí me parece bien que desaparezcan los Fideicomisos discrecionales y que maten deuda pública. Algo positivo”, escribió en redes sociales su opinión al respecto.
Partes que intervienen
Las partes que intervienen en el contrato de fideicomiso son:
Fideicomitente: Es la persona que destina bienes o derechos para constituir el fideicomiso, en el caso del gobierno federal, es la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Fideicomisario: Es la persona que recibe el beneficio derivado del fideicomiso, puede ser el mismo fideicomitente.
Fiduciario: Es el titular con autorización para llevar a cabo operaciones fiduciarias y quien recibe los bienes del cliente (Patrimonio) para realizar los fines lícitos determinados por el fideicomitente. Pero no puede disponer de los recursos libremente.