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Tras los sismos de septiembre pasado, la empresa Alsis Funds asegura que tiene una solución para ofrecer materiales como tabiques o concretos hasta 40% por debajo de su precio comercial para damnificados, lo cual se lograría a través de máquinas recicladoras de cascajo que pone a disposición de autoridades mexicanas y fundaciones.
El modelo de negocio de la empresa consiste en invertir y destinar entre tres y cuatro máquinas recicladoras para el mercado mexicano a cambio de un terreno, facilidades para operar en una zona cercana a un tiradero, el pago de materiales para generar los productos (además del cascajo) y el compromiso del beneficio para las familias.
Así lo explica en entrevista con EL UNIVERSAL, Alfredo Paredes, director asociado de Alsis Funds en México, quien detalló que la maquinaria también puede ser utilizada en otro tipo de obras, una vez que haya finalizado el apoyo a los damnificados.
Además, los productos pueden ser usados en carreteras (evitan socavones) y distintas obras públicas a bajo precio.
Su única condición es rechazar todo tipo de corrupción. Ciertos políticos han pedido una tajada (tomada de los ahorros que genera el material) para sacar ventaja del proyecto, por lo que el empresario busca acercarse a Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, y el secretario de Gobierno capitalino para ofrecer la propuesta de negocio, así como a fundaciones.
“El modelo de negocio consiste en que durante los sismos se genera una cantidad importante de cascajo, desperdicios de diferentes materiales, que nosotros podemos reciclar, tenemos la tecnología para hacer materiales mucho más resistentes ya probados en Europa y Estados Unidos”, explicó el empresario.
Los materiales que producen las máquinas recicladoras son tabiques, adoquines, concretos, coladeras, topes, perfiles, estructuras, bases
para mobiliario urbano e incluso macetas.
Grandes ahorros. “Nosotros generamos un ahorro de entre 30% a 40%, eso depende de distintas variables, pero consideramos que en México no hay una cultura bien establecida del aprovechamiento de estos materiales. Nuestras máquinas son usadas para moler y ya existen, tenemos un adhesivo que da resistencia, capacidad y estabilidad”, destacó.
Paredes añade que cada máquina recicladora cuesta cerca de 3 a 4 millones de dólares, pero la empresa puede asumir ese costo a cambio de que se le adquieran los materiales necesarios para el funcionamiento de la maquinaria.
“Podemos traer tres a cuatro máquinas de manera inmediata, se pueden mover a las zonas afectadas por el sismos y la capacidad de cada máquina son entre 60 a 70 toneladas diarias de material. Aunque con nuevos equipos podemos llegar a 300 a 400 toneladas diarias por máquina”, precisó el empresario.
A largo plazo, agrega Paredes, el objetivo sería estar preparados como país para enfrentar una emergencia mayor en vivienda y reciclaje de escombros provocada por los desastres naturales como fueron los sismos del 7 y 19 de septiembre pasados.