Ha sido una de las mayores batallas entre gigantes tecnológicos como Amazon, Microsoft, Oracle o IBM en el último año.
Estas empresas compiten por un contrato de US$10.000 millones para almacenar los datos del Pentágono en la nube.
Se trata del programa Joint Enterprise Defense Infrastructure (JEDI) que será adjudicado a una sola compañía, algo que ha provocado duras críticas por parte de los postulantes, que no están de acuerdo con la idea de que exista un solo ganador.
Pero la mayor polémica ha surgido porque los rivales consideran que Amazon Web Services corre con ventaja, debido a que tiene un contrato vigente con la CIA, bajo el cual administra en sus sistemas datos altamente secretos.
La empresa ganadora deberá cumplir con estrictos estándares, como por ejemplo, alojar datos clasificados dentro de los 180 días posteriores a la asignación del contrato.
"La adjudicación única es conveniente porque, entre otras cosas, mejora la seguridad", declaró Heather Babb, la portavoz del Departamento de Defensa.
"Ningún proveedor ha sido preseleccionado", agregó, en respuesta a la molestia expresada por varios contendientes contra el presunto favoritismo hacia Amazon.
Oracle, por ejemplo, presentó una queja formal sobre este asunto en agosto, mientras que IBM declaró públicamente su rechazo a la "situación privilegiada" de la empresa de Jeff Bezos.
"Ninguna empresa comercial importante en el mundo arriesgaría una sola solución en la nube, y tampoco debería hacerlo el Pentágono", dijo Sam Gordi, gerente general de IBM en Estados Unidos.
El Departamento de Defensa de EE. UU. ha justificado la migración de sus datos a la nube para tener una ventaja táctica en el campo de batalla y para fortalecer su aplicación en tecnologías emergentes.
En este sentido, argumenta el gobierno, los combatientes podrán ejecutar mejor misiones -con acceso directo a imágenes satelitales- que cada vez dependen más de la eficiencia con que se maneja la información.
El plan es alojar esa información en centros de datos remotos gestionados por una empresa externa, en lugar de hacerlo desde las instalaciones en terreno como ocurre en la actualidad.
En general, el almacenamiento en la nube permite que las grandes organizaciones muevan e integren datos en diferentes plataformas y realicen permanentes actualizaciones de seguridad en todo el sistema.
Con todo, no deja de ser complejo que secretos de Estado, lleguen a ser manejados indirectamente por una firma comercial.
Al menos nueve empresas están compitiendo por adjudicarse el contrato, de acuerdo a la información que se conoce públicamente.
Ellas son Oracle, Microsoft, IBM, Dell Technologies, Hewlett Packard, SAP America, General Dynamics, Red Hat y VMware.
Además de hacer cabildeo en el Congreso, las empresas han llegado a poner avisos hasta en algunas estaciones de metro en Washington.
El primer movimiento lo hizo Amazon desplegando anuncios que mostraban cómo sus servicios pueden beneficiar a los combatientes.
Y cuando esos avisos fueron retirados en junio, fueron reemplazados por unos de Microsoft.
En medio de la batalla tecnológica, Google se ha restado del debate y también de la postulación.
En junio de este año, Google anunció que no renovará su Proyecto Maven de inteligencia artificial con el Pentágono, luego que más de 3.000 empleados de la firma pidieran en una carta abierta que se cancelara el proyecto.
"Creemos que Google no debería participar en el negocio de la guerra", argumentaron.
El mercado del almacenamiento de datos en la nube en EE.UU. está liderado por Amazon (que concentra un 44% del negocio), seguido por Microsoft con 7,1% y Google con con 2,3%, según datos de la consultora Gartner.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.