La industria del blindaje mexicana registró un crecimiento sostenido de 25% durante el primer semestre del año, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB).
El desarrollo de la industria se debe principalmente a la percepción general de inseguridad que tienen los mexicanos derivada del aumento de delitos graves, pero también ha crecido gracias al interés de los clientes por la cultura de la autoprotección en el hogar, en el espacio de trabajo y en la movilidad, señaló la organización.
El consejo, que agrupa 12 firmas del sector, se mantiene al tanto de la seguridad que necesitan los ciudadanos, ofertando productos que se colocan en la mente de los consumidores y que cumplen con las normas de calidad y respaldo que el cliente necesita, aseguró René F. Rivera Arozqueta , directivo de CNIB.
El blindaje automotriz
fue el más producido y comercializado, incrementándose 20% con respecto al mismo periodo del año pasado. Le sigue el blindaje corporal , con más de 9 mil piezas colocadas en México y el extranjero, además de 15 trabajos especiales en blindaje arquitectónico.
En el rubro automotriz el crecimiento fue de 12% hasta julio y se espera que al cierre del año la expansión sea de 20% a 25% para el mercado interno y externo.
Del total de ventas obtenidas en este sector, 70% de compradores corresponde al sector privado, quienes desembolsaron en la compra de automotores acorazados Nivel III. El resto de los ingresos se obtuvieron desde el gobierno por la adquisición de Niveles IV, V y VII, que protegen contra impactos de rifles de alto poder y fusiles de asalto.
Los modelos más solicitados fueron la Suburban, Grand Cherokee y Tahoe, y la mayor parte de su comercialización se dio en la Ciudad de México debido a los embates de la delincuencia dispersa, dijo Rivera.
La CNIB en conjunto con empresas ajenas al organismo, trabajan para evitar que los usuarios accedan a trabajos parciales para prevenir atentados viales, llevados a cabo por compañías que no están certificadas.
“Es necesario hablar de los timos que realizan empresas que no cuentan con la autorización o revalidación correspondiente ante la Dirección General de Seguridad Privada (DGSP), así como la existencia de compañías que realizan blindajes parciales a precios más bajos”, mencionó el directivo.
Esos blindajes, además de poner en riesgo la vida de los usuarios, tienen costos que oscilan entre 20 mil y 22 mil dólares, en comparación de los precios que ofrecen las compañías certificadas, que van de 35 a 40 mil, añadió.
afcl