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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Para Estados Unidos resulta inmejorable el capítulo de energía del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sólo desde el punto de vista de intercambio comercial de hidrocarburos, excluyendo petróleo crudo y sin considerar las oportunidades de inversión que se están abriendo con los paquetes de licitación de bloques petroleros, este año la industria petrolera norteamericana puede alcanzar un superávit de 15 mil 769 millones de dólares sólo por transacciones de compra y venta con Petróleos Mexicanos (Pemex).
De esa cantidad, 14 mil 461 millones de dólares corresponderán a importaciones de gasolinas y mil 172 millones más a las compras externas de gas estadounidense.
Por ello, en las negociaciones del TLCAN, el gobierno estadounidense busca que las crecientes necesidades de energéticos de México sean cubiertas por los refinadores y los productores de gas lutitas, no sólo a mediano plazo, sino hasta 2050.
Consideran que México sería el principal receptor de las exportaciones estadounidenses, tendencia que se ha estado consolidando en los últimos años.
El Departamento de Energía de Estados Unidos tiene proyecciones en donde estima que las ventas de gas a México, únicamente por la vía gasoductos, se irán incrementando y pueden pasar de mil 71 millones de pies cúbicos diarios a 2 mil 36 millones en 2022 y se mantendrían en un nivel de 2 mil 500 millones hasta 2033 para empezar a descender y cerrar 2050 con un volumen de 2 mil 180 millones de pies cúbicos diarios.
En cuanto a las importaciones de gasolinas, el propio gobierno mexicano reconoce que el país mantendrá una importante dependencia de importaciones por lo menos hasta 2031, de las cuales los mayores volúmenes provendrán de refinerías estadounidenses. “Mientras la capacidad de producción mantiene un crecimiento en el periodo 2017-2026, las importaciones presentan una reducción hasta un mínimo de 33%, para después crecer hasta alcanzar 35.3% en 2031”.
Este comportamiento es resultado de la expectativa de crecimiento de la demanda de gasolinas, que se estima alcanzará 835.8 mil barriles diarios el mismo año, lo que confirma la dependencia del mercado externo para cubrir la demanda de este combustible.
En el Annual Energy Outlook 2018, con proyecciones hacia 2050, la US Energy Information Administration reconocen la importancia que tiene México para los productores de gas de lutitas estadounidenses, toda vez que el mercado es su principal destino de exportación.
Argumenta que las ventas hacia México, vía los gasoductos, estarían incrementándose gradualmente hasta 2030, cuando las exportaciones del energético empiezan a desacelerarse.
Las autoridades energéticas de Estados Unidos señalan que “el aumento de las exportaciones de gas natural a México es el resultado de una mayor infraestructura de oleoductos hacia y dentro de ese país, lo que permite una mayor generación de energía a base de gas natural”.
Agregan que a mediados de la década de 2020, la producción de gas en México comienza a desplazar las exportaciones de Estados Unidos.