En su momento, el mundo empresarial llegó a la conclusión de que contar con una página web o vender a través de internet no era una opción. Ahora el marketing digital ha revolucionado estas ideas.
Este 2017 es el año en el que, definitivamente, los líderes de empresa pueden comprobar la efectividad de las nuevas estrategias de marketing digital. Principalmente, porque hoy en día la tecnología permite medir diversas variables de lo que acontece en la red. Entre ellas, la rentabilidad de este tipo de estrategias.
El marketing digital no se trata únicamente de tener presencia en la red, sino de ser capaces de atraer tráfico al sitio, de tal manera que los clientes o prospectos conozcan la marca, los servicios y productos que se ofrecen.
Este aspecto sería un primer indicador para conocer si la estrategia aplicada realmente está dando resultados; sin embargo, no es todo. Es crucial analizar cuántas de esas visitas al sitio se convierten en una transacción o una venta para poder medir inversión contra utilidad.
Las estrategias de marketing digital integrales atraen consumidores potenciales al sitio web mediante la generación de contenido relevante, posicionamiento en buscadores, segmentación del mercado en campañas digitales y la implementación del e-mail marketing. Como se mencionó anteriormente, la página web es uno de los puntos más importantes a tomar en cuenta, ya que todos nuestros esfuerzos dirigirán a los usuarios a ese sitio.
No basta con que nuestra web sea atractiva y cautivadora, es necesario también que el acceso sea ágil y que la experiencia de navegación sea sencilla tanto en la página de inicio como en las pestañas y botones interiores, las cuales dirigen al proceso de compra o registro y permitirán convertir la inversión en utilidad.
Pero, ¿cómo se puede evaluar la rentabilidad de una estrategia?
Si se cuenta con una campaña de publicidad en línea y se quiere conocer si el plan estratégico en marketing digital está siendo rentable, es necesario considerar que cualquier iniciativa comercial requiere ser medida mediante la contribución marginal, es decir, lo que queda después de absorber los costos y gastos variables, para cubrir los costos y gastos fijos y, en su caso, obtener alguna utilidad.
Cuando la contribución marginal sea igual a la suma de los costos y gastos fijos, se habrá alcanzado el punto de equilibrio.
Las empresas deben, además, centrar su atención en el margen bruto, es decir, evitar la guerra de precios y no tener miedo al mercado; cobrar lo que realmente vale el producto o servicio.
Por su parte, las áreas de Finanzas y Comercial requieren sostener una constante comunicación con los otros departamentos de la organización, con el fin de asegurarse que la medición de la utilidad se está realmente llevando a cabo de forma eficaz.
Hay que tomar en cuenta que, al realizar una evaluación, se puede fraccionar la rentabilidad por unidad de negocio, luego por categoría de producto o servicio y, si es posible, por producto y servicio.
Lo más importante en cualquier estrategia, es llevar a cabo todas las mediciones posibles de forma detallada, con el fin de asegurarse de que efectivamente se están alcanzando los objetivos esperados.
El autor es profesor del área académica de Comercialización de IPADE Business School.