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Al advertir que durante los próximos meses la industria energética y su contribución al bienestar del país será un tema central en el debate público, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo que los mexicanos tendrán frente a ellos dos alternativas: regresar al pasado o preservar el presente.
Al encabezar el 80 Aniversario de la Expropiación Petrolera y sin mencionar el proceso electoral, señaló que los mexicanos estarán en oportunidad de valorar distintas opciones, de contrastar en cada uno de los actores las acciones y dogmas del pasado con los postulados del presente.
“Las alternativas pasan por preservar o cancelar la libertad de los consumidores de elegir entre distintas opciones, de regresar a un modelo cerrado o privilegiar la apertura y la competencia o por obligar a Pemex a asumir riesgos excesivos o permitirle asociarse con otras empresas para seguir siendo la gran empresa petrolera de México”, dijo.
En la sede del complejo corporativo de Pemex, el Presidente afirmó que los grandes momentos de la historia han sido aquellos en que los mexicanos fueron capaces de transformar sus instituciones “para hacer realidad los ideales de nuestra sociedad”.
Dijo que así ocurrió con la Independencia, que dio identidad y soberanía a sus ciudadanos; con la Reforma, que creó un régimen de libertades políticas y económicas fundamentales, y con la Revolución, que consagró en la Constitución los ideales de igualdad y justicia social.
“Cada una de esas etapas fue un paso audaz hacia adelante, no un tímido regreso al pasado, fue una acción creativa, no fue una acción destructiva”, añadió Peña Nieto.
En su mensaje, enfatizó que el desempeño de Pemex en años previos no correspondía a la magnitud de sus operaciones y mucho menos a su potencial, y que ello había propiciado un declive gradual de su producción.
Dijo que el diagnóstico era claro y conocido, pero todos los intentos previos para reformar a Pemex habían fracasado. “Resultaba imperativo crear un nuevo régimen legal, que le permitiera a la empresa fortalecer sus operaciones, revertir el declive en la producción y generar mayor riqueza para los mexicanos”.
Actualmente se permite la participación privada en el mercado de hidrocarburos, generando competencia, eficiencia e inversión, lo que estimula a Pemex, expuso.
Además, resaltó que “hoy las actividades de este sector son reguladas por entidades con autonomía técnica y mandatos legales que velan por el buen desarrollo de la industria”.
Peña Nieto destacó que la industria energética está atrayendo más inversiones que nunca, pues al concluir este sexenio se habrán formalizado compromisos de inversión por 200 mil millones de dólares, que serán la base para el crecimiento del sector.
El Presidente develó la placa y canceló el Timbre Postal conmemorativos del 80 Aniversario de la Expropiación Petrolera, y recibió de manos del director general de Pemex, Carlos Treviño, una muestra de petróleo crudo del campo Ixachi-1, ubicado Veracruz.
En el evento, el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, dijo que “al observar los cambios que en el escenario internacional han sucedido en estos 80 años, especialmente en el universo del petróleo, entendimos la arriesgada apuesta del impactante cambio de paradigmas que significó la reforma energética”.
Aseveró que aún, “a riesgo de discordancias y señalamientos”, el Ejecutivo nunca dudó en su convicción de que su tarea más importante era colocar al país en condiciones de competencia.
Mencionó que “ningún cambio de esa envergadura puede ser fácil. La reforma iniciada con el cambio constitucional de finales de 2013, apenas comienza a manifestarse con amplitud en las diferentes áreas de la industria petrolera del país”.
Enfatizó que como el cambio es inédito, la efervescencia que ha suscitado es notable. Dijo que muchos sectores sociales aún cuestionan la viabilidad del cambio, pero que los recursos comprometidos por más de 170 mil millones de dólares confirman la incorporación de nuevos actores al sector.