Manaos, Brasil. Los desafíos derivados de la crisis climática y de la creciente brecha social hacen imperativo escalar las inversiones en sostenibilidad y que estas se realicen de manera asociativa, una visión que defendieron este martes los participantes en la primera jornada de la Semana de la Sostenibilidad organizada por BID Invest en la ciudad brasileña de Manaos.
"Nadie puede resolver esto solo. Ningún país puede solucionarlo y tenemos que ver cómo nos unimos para poder generar asociaciones", apuntó el director general del brazo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo, James Scriven, en la inauguración del evento.
En un mundo con cada vez mayores desigualdades, exacerbadas por las consecuencias de la crisis climática, es vital que los bancos de las multilaterales, los bancos privados y las empresas se unan para fomentar las inversiones sostenibles.
Se trata de una certeza que fue compartida este martes en diversas ponencias que versaron sobre temas como la transición a energías limpias, los sistemas alimentarios sostenibles o el uso de la tecnología.
En opinión de Fabio Fagundes, jefe de la División de Productos y Servicios Financieros de BID Invest, el tamaño de la oportunidad existente en la región de Latinoamérica y el Caribe es de "trillones de dólares".
"Estamos moviéndonos para traer esos trillones para acá. Estoy aquí para convencerlos de que eso es posible", afirmó, antes de recordar que los accionistas del banco aprobaron recientemente una ampliación de capital de tres mil 500 millones de dólares.
Fagundes se comprometió, además, a trabajar con los Gobiernos y los reguladores para crear el ambiente adecuado para la inversión.
Aunque el evento busca fomentar las inversiones sostenibles en toda América Latina y el Caribe, el centro del evento sí es la propia Amazonía y por eso se están celebrando paneles específicos, entre ellos uno sobre cómo hacer negocios en la región.
Para Tatiana Schor, jefa de la Unidad para la Amazonía del BID y una de las ponentes, invertir en la industria y en la creación de empleos aliviará la “presión económica” sobre la selva, constantemente amenazada por la deforestación.
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La Amazonía no son solo árboles y fauna; la región también alberga potentes sectores productivos y ciudades como Manaos, con una población de más de dos millones de personas, por lo que es necesario explotar ese potencial en beneficio de la biodiversidad.
Y es que, añadió, “mucho se habla de conservación del bosque y poco de la importancia de la industria”, pero “conservar también significa eso”. “Aquí en Manaos hay fábricas y un sector industrial extremadamente importante”, afirmó.
En ese sentido, Acram Isper, director de la paraestatal Compañía Amazónica de Desarrollo y Movilización de Activos (CADA, por sus siglas en portugués), insistió en la necesidad de atraer inversores a la región, una de las más pobres y peor conectadas de Brasil.
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“Los empresarios quieren mitigar el riesgo y nosotros tenemos que asegurarnos de que la Amazonía sea un buen lugar donde invertir”, señaló, antes de hablar de la existencia de un fondo regional que busca proteger la inversión en caso de problemas.
Por otro lado, Oberdan Ermita, presidente de la cooperativa SCOOB, la entidad financiera con más presencia en la región, dijo que uno de los desafíos para impulsar la actividad económica es la complicada geografía de la Amazonía.
“La pequeña escala económica de las comunidades puede inviabilizar la apertura de puntos de asistencia”, aseguró Ermita, quien destacó la importancia de integrar a la población en el sector financiero para que pueda abrir negocios sostenibles y encontrar fuentes alternativas de renta.
A lo largo de tres días se celebrarán cerca de medio centenar de ponencias, con la presencia de cientos de participantes que incluyen directivos de sectores como la banca, la tecnología o la alimentación.
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