Las mujeres en México enfrentan múltiples situaciones de discriminación y exclusión en el mercado de trabajo que se derivan de la construcción sociocultural del género, lo que se traduce en mayores desventajas tanto para su inserción, como durante sus trayectorias laborales, revela un análisis elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( Coneval ).
De acuerdo con el Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018 , en el mercado laboral se observaron seis aspectos que constituyen desigualdades para las mujeres que se agudizan en contextos de pobreza:
-La participación económica es más extendida en los hombres.
-Los niveles salariales son bajos para ambos sexos, pero en ellas son aún menores.
-El trabajo sin remuneración es más frecuente en las trabajadoras.
-Los porcentajes del trabajo de tiempo parcial son más elevados en las mujeres.
-La exclusión de los sistemas contributivos de seguridad social es más alta en las trabajadoras.
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Por lo que se refiere a la segregación laboral, el 63.8% de los hombres se ocupó en trabajos masculinizados y que representan remuneraciones más altas. El 34.7% de las mujeres se desempeñó en trabajos feminizados y que registran un salario promedio más bajo.
Por otra parte, los especialistas del Coneval identificaron en el mercado de trabajo dos aspectos en los que no se observan brechas significativas entre hombres y mujeres; no obstante, expresan la precariedad laboral que permea a la población trabajadora:
I. La falta de un contrato laboral: en ausencia de condiciones de pobreza alcanza a alrededor del 40% de los trabajadores y trabajadoras, y en situación de pobreza este porcentaje pasa a aproximadamente 80%.
II. La falta de seguridad social otorgada en el empleo afecta a alrededor del 60% de la población empleada que no se encuentra en situación de pobreza, y aproximadamente al 95% en situación de pobreza.
Asimismo, se advierte que la brecha entre mujeres y hombres en la tasa de participación económica descendió 8.1 puntos porcentuales entre 2008 y 2018, aun así, la brecha persiste, misma que se acentúa en situación de pobreza. La tasa de participación de las mujeres en este último año a nivel nacional se ubicó en 52% y en los hombres fue de 83%.
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