Nos cuentan que en BBVA México, de Eduardo Osuna, se toman con calma el revuelo que causó en redes sociales el comercial protagonizado por Plastilina Mosh, que hizo una nueva versión de su clásico Mr. P-Mosh, como parte de su estrategia para posicionar la marca BBVA sobre Bancomer. Nos recuerdan que si bien han pasado apenas ocho meses desde que el grupo decidió unificar su apelativo global y dejar atrás uno de los nombres más emblemáticos de los bancos en México, se tiene por descontado que los clientes poco a poco se acostumbrarán al BBVA, aunque algunos lo seguirán llamando Bancomer. Nos dicen que el efecto del nombre poco ha afectado al principal grupo financiero del país, ya que al cerrar 2019 llegó a 21.5 millones de clientes, de los cuales 10.1 son totalmente digitales. Nos recuerdan que al paso de los años, son muy pocos los usuarios que aún llaman Bital a HSBC o Serfin a Santander, cuando los adquirieron marcas globales.
A la comunidad de análisis que sigue al Banco de México le sorprendió que la revisión al alza de las expectativas inflacionarias no ameritó un ajuste mayor, como sí ocurrió en el caso de las proyecciones de crecimiento económico. Por eso se mantuvieron muy atentos a la explicación que dio Gerardo Esquivel, el subgobernador disidente de la Junta de Gobierno que había votado en contra de la mayoría porque consideraba necesario un fuerte relajamiento del costo del dinero. “No cedí tan fácilmente, voté tres veces consecutivas”, dijo cuando se le preguntó por qué tiró la toalla en la última decisión de política monetaria. “Tampoco se trata de estar neceando”, esgrimió el funcionario, al señalar que la discusión pasó a ser más de grado que de rapidez. Ahora, si continúan bajando la tasa de referencia, la discusión tendrá más bien que ver con el momento en que se detendrán los ajustes.
Está a punto de terminar el periodo de Gabriel Contreras como presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), y a la par los comisionados ya fueron a mostrar al Senado su interés por encabezar al organismo. Como le informamos aquí, este martes el Senado aprobó el proceso para elegir al próximo presidente del regulador. Sin embargo, algunos días antes, el 21 de febrero, Adolfo Cuevas, Sóstenes Díaz, Ramiro Camacho, Arturo Robles y Javier Juárez enviaron sus respectivos oficios comunicando el interés en la posición. Además, llama la atención que el comisionado Mario Fromow no aprovechó la oportunidad para alzar la mano por el cargo. ¿Será que ante su también inminente salida del IFT, el próximo año, prefiere dejarle el espacio a uno de sus colegas del pleno? Otra opción, nos dicen, es que le parezca complicado el cabildeo como para desgastarse así en sus últimos meses como comisionado.
Nos dicen que algo anda mal en los sistemas del Servicio de Administración Tributaria, de Raquel Buenrostro, específicamente en el caso del Buzón Tributario. Al parecer, desde el domingo no se pueden realizar trámites de devolución, respuestas de requerimientos o revocaciones, entre otros. Lo interesante es que el “sospechosismo” está al máximo, pues el domingo hackearon los sistemas de la Secretaría de Economía, y ese mismo día dejó de funcionar el buzón del fisco. Lo más raro, nos comentan, es que el SAT no declaró la contingencia, pero no se puede hacer ningún trámite ni presentando el documento directamente en las ventanillas de las diversas oficinas del SAT. Este problema no es cuestión de una empresa, según nos explican, y se ha detectado en todo el país. Incluso, hubo algunos contadores que preguntaron directamente al SAT, y hasta ahora solamente les dijeron que el lunes ya estará operando con normalidad.