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Un cambio de modelo de negocio que privilegie refinación —en el cual se pierda— y dejar de exportar petróleo crudo —con precios altos— puede afectar la capacidad de pago de Petróleos Mexicanos (Pemex) en los próximos tres años, afirmó Nymia Almeida, vicepresidente senior de Moody’s Investor Service.
Al comentar la decisión del próximo gobierno de dejar de exportar crudo para destinarlo al consumo interno, la especialista dijo que el anuncio del gobierno entrante “tiene implicaciones negativas tanto para Pemex como para la calidad crediticia del gobierno”.
“El flujo de efectivo de la petrolera bajaría —por los ingresos que dejaría de recibir— y sería más volátil bajo el nuevo modelo de negocio enfocado a la refinación”.
“Pemex quedaría expuesta a mayor volatilidad del tipo de cambio, porque sus ingresos por la venta de gasolinas serían en pesos mexicanos, mientras que 87% de su deuda por 104 mil millones dólares a junio de 2018, está denominada en dólares estadounidenses y otras monedas duras”, apuntó Almeida.
Agregó que este nuevo plan “también pudiera forzar a Pemex a importar crudo, situación que se sumaría todavía más a los riesgos cambiarios y de flujo de efectivo”.
La calidad crediticia de la petrolera se debilitaría, dependiendo de cuánto crudo importara para alimentar su capacidad de refinación.
El riesgo va aumentando, agregó, en la medida en que el nuevo gobierno decida concretar las medidas anunciadas en el sector energético, lo que significa que tendría menos dólares para pagar la deuda.
De acuerdo con Moody’s, el riesgo que Pemex registre un menor flujo de efectivo operativo en los próximos tres años es mayor considerando la tendencia al alza de los precios del crudo y la intención anunciada por el nuevo gobierno de no aumentar los precios de la gasolina.
Detalló que aunque el gobierno federal ha disminuido su dependencia en los ingresos petroleros a partir de la reforma fiscal de 2014, la pérdida de esos recursos para una empresa como Pemex, que reporta pérdidas, podría ampliar el déficit fiscal de México.
Los planes de parar las exportaciones de petróleo privarían al gobierno de ingresos por casi 2% del PIB, con lo cual se vería forzado a aumentar impuestos o a renunciar a su compromiso de disciplina fiscal.
Caso NAIM. Jaime Reusche, vice presidente Senior Credit Officer de Moody’s fue cuestionado sobre la posibilidad de que el nuevo aeropuerto capitalino que se construye en Texcoco sea cancelado.
“Si se cancela el proyecto de inversión tendría una repercusión negativa sobre la percepción de los inversionistas, por con respecto a los contratos y de las inversiones”.
Adelantó que se puede ver una “pequeña” reacción de inversionistas financieros en 2019, sobre todo los que apuestan recursos en formación bruta de capital y “sí, podríamos ver que el próximo año que se resienta un poco el nivel de inversión, cuando en meses recientes la inversión empezaba a recuperarse”.
Detalló que en la medida en que esta dinámica se revierta, habrá repercusiones negativas sobre el desempeño económico, no tanto las cuentas fiscales, pero sería una indicación de que el gobierno no tiene una visión favorable.