México no alcanzará el nivel de Producto Interno Bruto (PIB) previo a la pandemia antes de 2023, pese al impacto positivo del amplio programa de política fiscal de Estados Unidos, dado que en el país no hay un sólido apoyo fiscal y se anticipa que continúe la debilidad de la inversión, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Incluso en el caso de una recuperación relativamente rápida en México, los trabajadores que han recuperado el empleo han sufrido pérdidas de ingresos superiores a las de quienes permanecieron empleados durante la crisis, ponderó.
Señaló que el incremento de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos ha incidido moderadamente en los precios de los activos y los flujos de capital en países de la región, como es el caso de México.
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Sin embargo, el aumento continuo de las tasas de interés a largo plazo representa un riesgo, anticipó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner.
Al comentar las perspectivas económicas regionales sobre la inyección rápida y recuperación duradera para América Latina y el Caribe, informó el pronóstico para México, de 5% en 2021, y de 3% para 2022.
Este crecimiento es mayor al promedio de los países de la región, que se espera avance 4.6% este año, superior al de Brasil, que prevén repunte 3.7%.
En contexto
Las nuevas perspectivas del FMI se dan tras la severa contracción de la economía registrada el año pasado, que trajo como consecuencia que el PIB por persona, es decir, la riqueza generada en el país ponderada por el número de habitantes, se desplomará 16% en 2020, el nivel más bajo de los últimos 11 años.
Entre los principales impactos de la crisis económica generada por la pandemia del Covid-19 fue la quiebra de un millón de negocios y la pérdida de 12 millones de empleos.
De estos últimos, se habían logrado recuperar 9.7 millones de plazas hasta febrero del presente año, de los cuales, 8.8 millones (90%) son informales, es decir, sin acceso a las instituciones de salud, sin las prestaciones laborales que otorga la ley, y con un nivel inferior al que tenían antes de la emergencia sanitaria.
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La información oficial muestra que conforme un mayor número de personas se reincorporan al mercado laboral, los trabajadores en condiciones críticas tienden a aumentar para llegar a 14.4 millones (27.1% de la población ocupada).
Este indicador incluye a las personas que trabajan menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, más las que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos al mes inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
La precarización del empleo ha traído como consecuencia un repunte de la pobreza en el país. La población cuyo ingreso no era suficiente para cubrir el costo de la canasta alimentaria llegó a 51.9 millones al cierre del año pasado, 4.7 millones más a las de un año antes.
Incertidumbre
El FMI matizó que las perspectivas para la región están sujetas a un grado excepcional de incertidumbre mientras sigue la carrera entre las vacunas y virus.
Werner comentó en videoconferencia que el FMI no ha tenido ningún diálogo o muestra de inquietud de México para usar la Línea de Crédito Flexible como lo hizo Colombia.
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Para enfrentar los estragos en su balanza de pagos por la pandemia, ese país utilizó un tercio del apoyo que tiene.
Destacó que si bien la inflación creció en México, se debe al reflejo de bajos niveles en comparación con igual periodo del año pasado.
Esta tendencia se revertirá, consideró, pero no impide que el banco central se confíe; se debe evitar que aliente revisiones de las expectativas y que se contaminen las de largo plazo.