México no alcanzará el nivel de producto interno bruto ( PIB ) previo a la pandemia antes de 2023, pese al impacto positivo generado por el amplio programa de política fiscal de Estados Unidos, dado que en el país no hay un sólido apoyo fiscal y se anticipa que continúe la debilidad de la inversión, advirtió el Fondo Monetario Internacional ( FMI ).
Incluso en el caso de una recuperación relativamente rápida en México, los trabajadores que han recuperado el empleo han sufrido pérdidas de ingresos superiores a las de quienes permanecieron empleados durante la crisis, destacó.
Previó que el incremento de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos ha incidido moderadamente en los precios de los activos y los flujos de capital en la región.
Sin embargo, el aumento continuo de las tasas de interés a largo plazo representa un riesgo, señaló el director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI , Alejandro Werner.
Al comentar las perspectivas económicas regionales en un texto publicado en el blog del FMI, sobre la inyección rápida y recuperación duradera para América Latina y el Caribe (ALyC), ratificó el pronóstico de 5% de crecimiento para México en el 2021, y de 3% para el 2022.
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Este crecimiento es mayor al promedio de ALyC esperado de 4.6% para este año, y mayor a Brasil que estaría repuntando sólo 3.7%.
Pero menor al de Perú que será el de mayor crecimiento en la región en el 2021 con 8.5%; de Chile con 6.2% y Argentina con 5.8%.
Las perspectivas para la región, no obstante, están sujetas a un grado excepcional de incertidumbre, mientras continúa la carrera entre las vacunas y el virus, advirtió.
Por el lado positivo, mencionó un control más rápido de la pandemia a escala mundial y un estímulo mayor de lo previsto con políticas de apoyo internas incentivarán el crecimiento.
Del lado negativo, indicó que el reciente rebrote del virus en Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, sumado a la lenta distribución de las vacunas (salvo en Chile), empaña las perspectivas a corto plazo.
Estimó que los nuevos confinamientos, probablemente no sean tan perjudiciales como los implementados al inicio de la pandemia, ya que las economías han aprendido a adaptarse.
En tanto que las políticas fiscal y monetaria deben seguir siendo acomodaticias en los países que disponen de suficiente margen de maniobra —un refuerzo a corto plazo rápido para sus economías—, mientras que los países con presupuestos limitados deben reorientar las prioridades de gasto hacia la salud y el apoyo a los hogares, y trabajar para crear espacio fiscal adicional.
Insistió en que a través de un pacto fiscal de gran alcance, podría facilitar revertir el efecto de los años de flojo crecimiento para poder emprender una transformación estructural más profunda.
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