El modelo de salud en México enfrenta un deterioro de 45 años en el sistema de atención primaria, afirmó Gustavo Olaíz Fernández, director del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México en un webinar organizado por Soy Paciente.
En el encuentro, moderado por Luis Fernando Hernández Lezama, Presidente del Consejo Técnico de Soy Paciente, Olaíz Fernández destacó la gravedad de la situación actual y la necesidad de acciones para revertir esta tendencia.
“La salud, está en un momento crítico, las acciones para salir de crisis deben ser proactivas, disruptivas, decisivas y siempre pensando en el beneficio de la población”, mencionó el directivo que añadió que la atención de primer nivel en la parte pública continúa retrocediendo.
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“Este problema se va a magnificar con el tiempo, por ello la importancia de revisar qué se está haciendo en la atención de primer contacto, ya que el abrir mayor número de hospitales no garantiza un mejor acceso a la población, pero sí un mayor gasto de presupuesto, como en el caso de los hospitales de especialidades”, mencionó el director.
Cabe señalar que, tal y como lo señaló el directivo, el primer contacto con los pacientes ha virado radicalmente hacia la medicina privada pues los consultorios tradicionales privados atienden a 20% de la población.
Existen más de 18 mil de estos consultorios en funcionamiento, lo que indica que se han abierto en promedio dos nuevos consultorios por día en los últimos 20 años. Esto permite liberar presión a los médicos en el centro de salud, y a la población, dijo.
Olaíz Fernández enfatizó la importancia de abordar las causas del deterioro del sistema de salud y propuso una serie de medidas para atender las necesidades urgentes.
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Entre estas propuestas se incluyen: Mejorar el acceso ordenado, organizado y completo a los servicios de salud; atender las causas de las enfermedades, así como fomentar la participación ciudadana en el cuidado de la salud personal.
Entre las sugerencias se hace hincapié en que la academia tenga participación en los programas, procesos y sobre todo en las evaluaciones del sistema.
Agregó que no necesariamente debe haber una relación con el Producto Interno Bruto (PIB) y la inversión en salud, sino focalizar el presupuesto en la población más vulnerable, pues la Organización Mundial de la Salud recomienda una inversión de 6%, aunque México, al cierre del 2023, tan sólo invertía 2.9%.
El ejecutivo apremió a los tomadores de decisiones cuestionarse sobre la funcionalidad del sistema y evaluarlo, así como garantizar el acceso a los medicamentos y servicios que se plantean como las necesidades básicas en la salud, así como atender la seguridad laboral y dar mayor certeza a los trabajadores de todos los niveles del sector salud.
Finalmente, el especialista destacó la importancia de recuperar el presupuesto para la enseñanza e investigación de la salud, así como potencializar el uso de la tecnología, incluyendo la Inteligencia Artificial y trabajar hacia una mejora significativa en el bienestar de la población.
Además de incrementar la protección de los prestadores de servicios en todos los niveles en función del importante incremento en las cargas de trabajo que han resultado de la pandemia y de los altos niveles de inseguridad que se viven sobre todo en zonas rurales, concluyó.
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