A pesar de que cuenta con 14 tratados comerciales con 50 países y que ocupa la decimosegunda posición global entre los principales países exportadores e importadores, se observa un abandono del gobierno federal en el tema del comercio exterior, al politizarlo o incumplir compromisos firmados.

Por ejemplo, durante seis meses no hubo representación mexicana en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Ginebra, Suiza, hasta que hace un mes se designó a Rafael Marín Mollinedo, quien era el titular de Aduanas.

Asimismo, por más de seis meses se detuvo la operación de la Alianza del Pacífico, bloque en el que además de México participan Chile, Colombia y Perú, ya que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que no debía entregarse la presidencia pro tempore a la mandataria de Perú, Dina Boluarte, al llamarla usurpadora del cargo. Finalmente, hace días se destrabó el conflicto al ceder el liderazgo a Chile.

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Además, desde diciembre de 2022 la oficina de la Secretaría de Economía en Washington, encargada de dar seguimiento a la implementación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), está acéfala.

El exjuez del Órgano de Apelación de la OMC, Ricardo Ramírez, señaló que todo esto ocurre pese a que México ocupa el lugar 12 mundial en comercio internacional.

Dijo a EL UNIVERSAL que la participación del país en la OMC debe tomarse con seriedad, ya que “el organismo vive momentos cruciales que ponen en peligro su relevancia en el entorno económico internacional”, y México debe ser parte del debate.

“México es demasiado importante en el comercio mundial como para tratar a la misión ante la OMC como si fuera un quiosco en donde se obtiene un pasaporte”, recalcó, pues es el principal organismo internacional en materia económica.

Valor de las exportaciones más las importaciones. Fuente: Organización Mundial del Comercio.
Valor de las exportaciones más las importaciones. Fuente: Organización Mundial del Comercio.

“Hay que desarrollar la plena conciencia de lo que representa el comercio como palanca de desarrollo, y eso significa ir más allá de la inercia y apoyarse en los compromisos internacionales para proyectar la imagen del país”, dijo a su vez Roberto Zapata, quien fuera embajador de México ante la OMC.

“El reto es que México sea activo en los organismos multilaterales. Se trata de una presencia día a día, a todos los niveles, desde un técnico hasta un secretario.

“Hay que procurar ir más allá de las inercias y aprovechar los compromisos comerciales al máximo para proyectar mayor certidumbre a los operadores económicos”, agregó el socio de Consultores Internacionales Ansley.

“Se trata de encontrar un equilibrio entre el ahorro de recursos y la necesidad de generar la presencia en todos los niveles en los distintos espacios donde México puede accionar en el mundo”.

Sin mención en PND

Para el exnegociador del capítulo ambiental del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora T-MEC, Jorge Molina, hay temas que México dejó pendientes al no tener representantes ante la OMC, como no ratificar el protocolo de comercio electrónico, que se suman a muchos otros asuntos, como en materia agrícola y subsidios a la pesca.

No se trata sólo del tema de la OMC, sino que, en general, el gobierno no deja ver que el comercio exterior sea algo relevante para la política mexicana.

“Si ves el Plan Nacional de Desarrollo que se presentó al inicio de sexenio, no hay nada con relación a comercio ni política exterior, o sea, como que al gobierno parece que no le es importante la política exterior, porque a la gente que especialmente se dirige el gobierno, que es la clase media y baja, consideran que el comercio internacional no les afecta”, expuso Molina.

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“Hablan de un tratado de libre comercio como un hecho que ahí está y ahí seguirá, pero no hay una visión de lo que implica que el comercio internacional genera más de la mitad del producto interno bruto (PIB)de la economía”, recalcó.

Otro de los episodios que reflejan esa situación, relató, es que “cuando [el entonces presidente Donald] Trump amenazaba con aranceles, López Obrador ni siquiera envió a negociar a la responsable del tema, Graciela Márquez, en ese momento secretaria de Economía.

En su lugar envió al entonces secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, quien no es especialista “y terminó aceptando algo que no tenía porqué haber aceptado”.

Además, en cuanto al cumplimiento del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pese a que México y Canadá ganaron el fallo del panel de reglas de origen de automóviles, “parece que hubo una negociación en lo obscuro de ‘yo no le muevo al tema de energía, si tu no le mueves al tema de autos’”, agregó.

Kenneth Smith, jefe negociador técnico del T-MEC en el sexenio de Enrique Peña Nieto, afirmó que se observa que México ha alargado el diálogo en algunas controversias, como la que tiene que ver con política energética nacional.

Al parecer, el gobierno está “en posición de fortaleza por la cooperación en materia migratoria, y Estados Unidos no está dispuesto a presionar a México en temas comerciales para no perder ese apoyo en migración y seguridad”.

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