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El crecimiento que han tenido las transacciones de comercio electrónico en México en años recientes ha llevado al país a incrementar el número de fraudes que se cometen en esta modalidad, indicó la empresa de seguridad Vesta.
“Los niveles de fraude son altos, México está entre los países del mundo que tiene niveles de fraude bastante elevados y, por lo tanto, tiene que existir un poco de educación del tema, porque en cualquier comercio que esté empezando con el comercio electrónico, un ataque puede representar una gran pérdida”, dijo Rodrigo Naranjo, director de operaciones de la compañía para América Latina.
Al cierre de 2017, las afectaciones por posible fraude generado a través de operaciones de comercio electrónico provocaron pérdidas por 3 mil 700 millones de pesos, con un total de 3.3 millones de reclamaciones, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).
Según la firma, el vacío legal que existe entre si los bancos o los comercios deben de ser los encargados de reforzar sus controles para prevenir operaciones fraudulentas dejan a los clientes en un esquema de indefensión, que además inhibe las compras en línea.
“En México todavía no está claro que el fraude en el comercio electrónico será algo que se transfiera al consumidor o si el banco adquirente es el que tiene que enfrentar o el mismo comercio; ese tipo de situaciones genera temor por parte del usuario, porque no sabe cuáles son las reglas en las cuales se está trabajando, y ante ese temor prefiere no comprar en canales digitales”, resaltó.
Explicó que en el caso de transacciones que aún se realizan de manera presencial, una de las opciones más seguras es el uso de tarjetas con chip. “El sistema bancario es un jugador muy importante en este tema de fraude, porque adoptando la tecnología de tarjetas con chip es lo mejor para combatir el fraude de manera presencial”, dijo.
Vesta recomendó a quienes quieran adoptar el comercio electrónico como uno de sus canales de ventas contar con tecnología que mitigue los intentos de fraude, a partir del conocimiento de hábitos de usuario y transacciones seguras.