Si bien se avecinan ajustes importantes en el gasto público en las economías de mercados emergentes para los presupuestos de 2022, en México serán mínimos, dado que no se endeudó para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 , señaló el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) por sus siglas en inglés).
En un reporte que dio a conocer hoy sobre los acomodos fiscales futuros que podrían llevar a cabo las economías emergentes en la era de la recuperación post Covid-19, mencionó que sólo en dos países se espera que las reducciones al gasto no serán tan importantes.
Señaló que México y Turquía están planeando disminuciones pequeñas en el déficit fiscal de sus finanzas públicas , porque cuentan con ese margen a diferencia de otros que se endeudaron para salir de la crisis.
Refirió que la política fiscal en los mercados emergentes se volvió expansiva a medida que se desarrollaba la crisis por Covid-19.
De ahí que especialistas del IIF, que funge como asociación de las instituciones financieras más importantes en el mundo, examinaron los planes de consolidación de los emergentes a medida que comenzaron a reducir los estímulos fiscales que dieron.
Así, encontraron que la mayoría están planeando reducciones sustanciales del déficit para el 2022-2023, que a menudo implican recortes potencialmente complicados en el gasto primario.
Mencionaron que algunos apuntan a aumentos duraderos del gasto, pero varios planean recortarlo de manera significativa en los próximos dos años.
Incluso algunos quieren reducir el gasto por debajo de los niveles pre-covid para 2023 , ponderaron.
“Esperamos que varios países retrasen pronto los planes de consolidación fiscal”, anticiparon.
Para el caso de Brasil, estimaron que el recorte será moderado, pero la presión para manejar la regla fiscal en los próximos meses será alta, advirtieron los economistas del Instituto Sergi Lanau y Jonathan Fortun.
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