La Secretaría de Economía de México respondió que defenderá la prohibición del uso de maíz transgénico para consumo humano durante las consultas que solicitó Estados Unidos bajo el capítulo de Solución de Controversias del T-MEC.
“Hacemos votos para que en estas consultas prevalezca la buena fe de todas las partes y se aborden las diferencias sin involucrar otras consideraciones más allá de las estrictamente comerciales”.
En un comunicado expuso que recibió la solicitud de consultas del gobierno estadounidense sobre el decreto del 13 de febrero que establece prohibición al glifosato y maíz genéticamente modificado, por lo que espera demostrar con “datos duros y evidencia” la razón de la decisión.
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Expuso que “el uso exclusivo de maíz nativo para la masa y la tortilla no tiene afectación ni interés comercial para Estados Unidos, dado que México produce el doble de maíz blanco del que destina a la tortilla, nada menos que la base alimentaria de los mexicanos”.
Añadió que la “disposición fomenta que México preserve su producción con semillas nativas, se abona en el cumplimiento del capítulo ambiental del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), en el cual los tres países se comprometieron a cuidar la biodiversidad”.
Añadió que desde la emisión de dicho decreto la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó nuevas semillas de maíz biotecnológico y pueden revaluarse negaciones previas.
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Aseguró que “el maíz importado de Estados Unidos es complementario y se destina al uso industrial y a la alimentación de animales” y agregó que la prohibición a usar maíz transgénico “no significará restricciones al comercio, como se señala en la solicitud de consultas de USTR”.
Se tendrá una transición paulatina y sostenible en el caso de la prohibición del maíz genéticamente modificado y durante las consultas se fomentará “un diálogo constructivo” para ello se aclararán las inquietudes del gobierno estadounidense a fin de alcanzar un “acuerdo mutuamente satisfactorio”.
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