La falta de inventario en agencias, el incremento de precio de los vehículos, la escasez de semiconductores, la regularización de autos importados ilegalmente y el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores afecta a la joya de la economía mexicana: la industria automotriz.
Durante el mes pasado, la venta de autos nuevos totalizó 78 mil 585 unidades, cifra 3.8% menor a la de enero de 2021, informó ayer el Inegi. Se trata del peor mes de enero en una década, desde 2012, cuando se comercializaron 75 mil 297 vehículos.
Desde mediados del año pasado la producción automotriz comenzó a caer debido a la falta de insumos para fabricar vehículos, como semiconductores, explicó Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa.
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“Es una situación multifactorial. Además del incremento de precios por las afectaciones a la cadena de suministro, hay inflación, presiones laborales por las alzas al salario mínimo que han incrementado costos de mano de obra, el impacto del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá)”, explicó.
“Si sumamos el hecho de que la economía sigue en recesión, las tasas de interés van a subir, y eso encarece el crédito. La industria automotriz no tiene la mejor perspectiva”, agregó.
Muñiz destacó que el sector representa casi 80% de la producción manufacturera y, si la fabricación no repunta, será un factor que puede frenar el crecimiento económico en 2022.
“Uno de los principales sospechosos de la recesión económica el año pasado fue el sector automotriz”, indicó.
Precios se aceleran
En la primera quincena de enero el precio promedio de los autos en México subió 8.8% frente al mismo periodo de 2021, de acuerdo con cifras del Inegi. Se trata de la mayor alza desde 1999 para una primera mitad de la cuesta de enero.
Armando Soto, director general de Kaso y Asociados, explicó que el año pasado hubo segmentos que presentaron alzas a tasa de doble dígito como minivans, cuyo precio subió 24%. En tanto, las SUVs compactas se encarecieron 14% y las pick ups 13%.
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Con ello, el precio promedio de un vehículo en el país ya ronda el medio millón de pesos.
Pese al incremento de precios, Kaso y Asociados considera que la debilidad de las ventas en enero se debe a la falta de inventario, no a la falta de demanda.
“Las marcas a las que sí les fue bien han comentado que hay demanda: lo que no hay es producto. En enero no hubo reposición de inventarios”, explicó.
Sobre el impacto que tiene la industria automotriz en el desempeño de la economía, Soto comentó que para este año prevé que el PIB crezca 2.1%, pero si el sector automotor no mejora, la expansión podría quedar incluso por debajo de 2%.
Escasez de chips
La principal razón de la falta de vehículos en las agencias es porque no hay suficientes semiconductores para vehículos.
Gerardo Gómez, director general para México de J.D. Power, dijo que el año pasado se dejaron de fabricar en el país 585 mil vehículos por la falta de semiconductores. De ese total, al menos 70 mil unidades se habrían vendido en el mercado interno.
Se espera que la disponibilidad de semiconductores se normalice a mediados de año, lo que impulsará la producción y las ventas hacia finales de 2022.
“Creemos que la burbuja inflacionaria es temporal y, si bien los autos no van a regresar a los precios de antes, esperamos que en los siguientes años los fabricantes ya no apliquen más aumentos”, dijo Gómez.
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De la legalización de autos chocolate, J.D. Power pronostica que no afectará tanto la venta de autos nuevos pues, a falta de producto, algunos consumidores comprarán un legalizado.
Sin embargo, el financiamiento está débil. Mientras el crédito bancario se redujo 2.7% en diciembre frente al mismo mes de 2020, el financiamiento automotriz cayó 7.6%.
Además, el crédito bancario total lleva 17 meses seguidos a la baja, pero el automotriz acumula 19 meses en retroceso, según datos del Banco de México.