Se recordará 2022 como el año en el que Banco de México (Banxico) subió más el costo del dinero.

Ante la escalada de los precios al consumidor en el plano global, sobre todo de los alimentos, el banco central apretó de manera contundente su política monetaria durante la mayor parte del año, con el objetivo de preservar el poder adquisitivo de la población y proteger en especial el bolsillo de los que menos tienen.

La tasa de referencia inició el año en un nivel de 5.5%, cuando la inflación estaba en 7%, y terminó en 10.50%, con una carestía de 7.8% en la primera quincena de diciembre, tras registrar meses antes una tasa de 8.8%.

Para enfrentar a la inflación que se resistía a bajar por los efectos de la pandemia y el alza de los petroprecios debido a la guerra en Ucrania, Banxico tuvo que aplicar cuatro dosis de 75 puntos base en la tasa de referencia en la segunda mitad del año.

El banco central comenzó a subir su tasa desde junio de 2021, de modo que acumula 650 puntos base de incrementos hasta el momento, de los cuales 500 se hicieron durante 2022 y fue el ciclo alcista más veloz en registro, destacó Banco Base.

Al igual que la mayoría de bancos centrales, Banxico adoptó las tasas de interés como principal antídoto contra la inflación, pues al subirlas encarecen los créditos bancarios, lo que trae menor consumo e inversión, es decir, restringen el dinero en circulación.

Esto lo hace incrementando la “tasa de interés de referencia”, según explica Banxico en su sección de educación financiera.

“La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”, fue una frase acuñada por el Premio Nobel de Economía de 1976, Milton Friedman.

Algunos miembros de la Junta de Gobierno de Banxico, órgano que toma las decisiones de política monetaria, consideran que la tasa está cerca de su nivel terminal.

Se trata del nivel al que está dispuesto a llevar la tasa para combatir la inflación, ello sin que se provoque una desaceleración fuerte de la economía.

Sin embargo, es de esperarse que para 2023 se continúe encareciendo el costo del dinero, aunque a menor ritmo como en la última reunión de 2022 de política monetaria, cuando por mayoría, la Junta decidió una dosis de medio punto, en línea con la Reserva Federal de Estados Unidos, autoridad a la que Banxico le siguió los pasos en el brote inflacionario.

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