En México, un total de 153 mil personas perdieron la oferta de trabajo para la vacante que solicitaban debido a que no pudieron cumplir con los criterios mínimos de integridad para ocupar un puesto laboral.
Esto se desprende del Reporte de Integridad Laboral MIDOT 2024, que este 2024 incluye un millón y medio de pruebas aplicadas a los buscadores de trabajo, y cuya finalidad es conocer la propensión de un candidato a cometer actos de deshonestidad, su apego a normas, estilos de trabajo, entre otros indicadores a evaluar por parte de los empleadores.
Los resultados arrojados revelan que mexicanos, junto con Colombia y Perú, destacan entre las nacionalidades con un mayor porcentaje de intentos de manipulación o falseamiento de la prueba.
En comparación con la evaluación realizada en 2022 y 2023, el reporte evidencia que el uso de pruebas de evaluación se multiplicó en las empresas en los últimos dos años y la razón es que ante la situación económica, el desempleo y la fuerte competencia por un puesto, la “intención de falsear información se mantiene”, expreso Fernando Calderón, director general de MIDOT para Latam.
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De acuerdo con el informe, Colombia encabeza la lista con mayor número de candidatos a un puesto no recomendados (27%).
Le sigue Perú (26%) y México con 23% de “no recomendados” y de ese porcentaje 1% intentó manipular la prueba, no solo con el hecho de falsear la información, sino de un cambio de identidad pidiendo a alguien más realizar la evaluación de integridad.
El número total de pruebas analizadas fueron un millón 500 mil, correspondiendo 663 mil a México. El promedio de no recomendados en la región de América Latina es del 16%.
Los candidatos a un puesto consideran que “está bien mentir sobre su pasado en términos de trabajo, sin intención de hacer nada deshonesto en el nuevo espacio. Pero lo importante es evaluar la predisposición de la persona a cometer un acto de este tipo y que puede llegar a normalizarlo”, dice el director.
Mentir en la formación académica o en la experiencia laboral continúa siendo la información falsa más común a la que recurren los candidatos. En segundo lugar, inventan o exageran conocimiento o experiencia en posiciones similares previas, seguido de mentir en la duración, cargo o actividades en el empleo anterior.
Por último, los grados académicos o niveles de especialización son la última de las mentiras que dicen los candidatos para obtener un empleo.
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En contraste (pero también en el ámbito laboral) los propietarios, ejecutivos y managers son los mayores responsables de cometer fraude al interior de las empresas.
“Uno de cada 5 gerentes son infractores laborales. El tema de integridad va a lo largo y ancho de las infraestructuras de las empresas”, precisa Fernando Calderón.
Datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE, por sus siglas en inglés), indican que el rol y el nivel jerárquico del colaborador se ve proporcionalmente reflejado en el impacto económico que sus conductas pueden tener.
En el último año, el impacto promedio de un robo o fraude ocupacional es de 30 mil dólares en promedio por caso, si se trata de un colaborador; 300 mil dólares si es gerente o coordinador; y 675 mil dólares si es dueño o ejecutivo.
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“Es importante considerar que un colaborador en una posición alta o fundamental para la operación de la organización tardará y será más difícil en ser descubierto, lo que expone a la empresa a pérdidas de dinero sustanciales”, explica Fernando Calderón.
Según estimaciones recabadas para la elaboración de este reporte, en caso de ser descubierto a un dueño o ejecutivo dentro de los primeros dos años, el impacto económico será aproximado a 500 mil dólares si se trata solo de una persona involucrada.
En el Reporte de Integridad Laboral 2024 se destaca que las tres principales características para que una organización sea considerada íntegra y ética son: cumplimiento de leyes, reglas y regulaciones; transparencia en todo lo que se hace; y actuar con responsabilidad frente a colegas, clientes y proveedores.
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