En línea con la militarización de proyectos estratégicos del actual gobierno, infraestructura clave de Petróleos Mexicanos (Pemex) para dar mantenimiento a su flota mayor y menor estaría a punto de pasar a manos de la (Semar).

Lo anterior, si prospera la solicitud de esa secretaría para que quede bajo su control el Centro de Reparaciones Navales (Cerenav) de Pemex, ubicado en Ciudad Madero, Tamaulipas, también llamado Dique Seco.

De acuerdo con documentos en poder de EL UNIVERSAL, así como de fuentes que conocen la operación del centro, el pasado 17 de marzo, a través del oficio número 866, el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, se dirigió al secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, para solicitar su apoyo para convocar al organismo para que se conociera, votara y sancionara que el Cerenav “sea considerado como recinto de seguridad nacional y transferir ese activo para su uso y usufructo a esta Secretaría de Marina”.

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En la carta, argumentó que ello “permitirá contribuir al desarrollo de la industria naval”, ya que “el Cerenav presenta una falta de mantenimiento correctivo a sus instalaciones”.

El titular de la Semar detalló que “un ejemplo es la compuerta del dique seco que presenta un deterioro mayor y ya no es conveniente su reparación, debiendo ser sustituida por una nueva para garantizar la continuidad de la operación de este centro; en caso de no ser sustituida, el dique quedará inoperante... en dos o tres años”.

Según la Semar, Pemex se encuentra con diversos compromisos económicos destinados a su misión como empresa productiva del Estado y, “por ende, no ha podido destinar recursos para el mantenimiento del citado centro de reparación”.

Dijo que Pemex apoya con 6.6% al Producto Interno Bruto (PIB) del país y, para mantener esa aportación, “requiere una flota naval en condiciones operativas; en caso de que no fuera posible, el PIB podría ser afectado a la baja”.

Además, la Semar dijo que cuenta con buques de porte mayor y medios de varada que son atendidos en el Cerenav por las capacidades técnicas y dimensiones de éste, mismos que “son destinados para apoyar a la población civil en caso de ocurrir algún desastre natural... así como para coadyuvar a la seguridad interior y garantizar la soberanía nacional en los mares”.

Por ello, es de interés público y seguridad nacional transferir el Cerenav “para su uso y usufructo a esta Secretaría de Marina, lo cual traerá beneficios a los sectores de comunicaciones, aduanero, vías férreas, ferrocarriles en todas sus modalidades, energético, puertos, y otros sectores prioritarios”, dijo.

Instalaciones a detalle

De acuerdo con las fuentes cercanas a la operación del Cerenav, esa infraestructura tiene una antigüedad de 40 años y en ella labora personal adscrito a Pemex, con clasificación AAA (instalación estratégica petrolera) como parte de la Terminal de Procesos Logísticos Madero.

En la actualidad tiene una plantilla de mil 600 trabajadores, de los cuales 960 son expertos en mantenimiento naval.

En el centro se reciben embarcaciones de hasta 55 mil toneladas de peso muerto, por tener eslora de 250 metros de longitud, 37 metros de ancho libre y 12 metros de profundidad.

“Traspasar este centro a la Semar es incrementar el costo de operación para las embarcaciones de Petróleos Mexicanos, corriéndose riesgos en el mantenimiento por cuestiones de seguridad para una empresa estratégica y prioritaria de México”, dijeron las fuentes.

Falta de confianza

Para Ramsés Pech, analista del sector energético y socio de la firma Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, la transferencia de infraestructura de Pemex a la Marina muestra que “no existe confianza en los civiles”.

“La pregunta es: ¿cómo existe confianza en que [los marinos], los que tienen la infraestructura de Pemex en ciertos centros de logística, no puedan ser corrompidos a futuro?”, cuestionó.

Gonzalo Monroy, analista del sector energético y socio director de la consultora GMEC, dijo que “parece más imposición”.

Este proyecto no es nuevo, agregó, pues desde 2013 se discutió y, “aunque no me atrevería a decir que es mala idea, la motivación es diferente”.

“Se quiere dar más tareas a los militares, pero no hay un proyecto a largo plazo que pudiera considerar asociaciones público-privadas, ni se va a mejorar la infraestructura y ni habrá una mayor capacidad”, señaló.

Así, el proyecto parece que será un “sueño guajiro”, al menos en la actual administración, afirmó Monroy.

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