Elegir la carrera profesional es una de las decisiones más cruciales para un ser humano. A lo largo de nuestra vida pasamos aproximadamente 90 mil horas trabajando, de acuerdo con los cálculos realizados por Jessica Pryce-Jones, una reconocida coach y autora del libro Happiness at work. Así que si vamos a pasar tanto tiempo de nuestra vida en una tarea, más vale que la escojamos bien o que al menos pongamos todo nuestro esfuerzo en ello para reducir la posibilidad de equivocarnos.

“Es una decisión crítica, tiene todo el potencial de influir en nuestro futuro, productividad, felicidad e inclusive en nuestra salud”, señala Laura Estrada, asociada de la consultoría Brújula Interior.

Por supuesto, no es una decisión fácil. Entre 30% y 40% de los jóvenes se equivoca al escoger una carrera universitaria debido a presiones familiares, según datos del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, citados por la UNAM y la UAM. Consejo número 1: no dejes que nadie influya en tu decisión. En segundo lugar, es necesario conocerse más. Empieza por bombardearte de cuestionamientos.

Pregúntate, ¿qué es lo que más te gusta hacer? ¿Qué es lo que no te gusta hacer? y ¿qué hago bien aunque no me guste?, recomienda la especialista de Brújula Interior. La primera es aquello que te gusta desde las entrañas, la segunda es lo que apenas de pensarlo te pone de malas, y la tercera, aquello en lo que tienes habilidad. Contestar a todo esto te puede ayudar a encontrar una coincidencia entre aquello que te apasiona y eres bueno o te permitirá saber qué es lo que verdaderamente no te gusta, para que ni te acerques a ello.

En cuanto a las habilidades que tienes, identificarlo no quiere decir que si eres bueno para las matemáticas te vayas a dedicar a estudiar actuaría, por ejemplo, pero sí puede darte una gama de opciones que podrían decantar en encontrar a qué te quieres dedicar. Conocer en qué eres bueno y qué es lo que más te gusta hacer puede ayudarte a encontrar coincidencias o a encontrar una luz en el camino.

Cal Newport, autor del libro Tan bueno que no puedan ignorarte, destrona la efectividad de uno de los consejos más comunes a la hora de escoger carrera: “Sigue tu pasión”.

Newport, un profesor asociado de ciencias computacionales en la Georgetown University, sostiene que seguir tu pasión puede ser una pésima idea, porque en realidad la pasión es muy rara de encontrar entre la gente y más bien ésta aflora (según encontraron varios estudios), después de que eres demasiado bueno en algo y en consecuencia, te apasionas por ello.

Partiendo de esta evidencia y para ejemplificarlo, usa una plática que se ha vuelto icónica, la que Steve Jobs dio en Stanford en 2005. El video está en Youtube y tiene millones de visitas. En éste, Jobs sostiene que los jóvenes tienen que “encontrar lo que aman” y que la “única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”. Y anima a los jóvenes que no lo han encontrado a que continúen buscándolo.

Lo que en el fondo estaba diciendo Jobs, es que siguieran su pasión, asegura Newport. Así que este investigador indaga en la historia de Steve Jobs para concluir que en realidad Jobs no era un apasionado de la tecnología en sus inicios, sino que más bien era un chico que estaba desorientado que aceptó la proposición de llevar la parte de negocio de un proyecto desarrollado por su amigo Steve Wozniak.

De ahí comenzó a hacerse bueno en lo que realizaba y sin duda le llegó a apasionar tanto como para guiar su vida. Lo que en realidad Newport sostiene en su tesis es que debes hacer lo que Steve Jobs hizo no lo que dijo, es decir, que la experiencia y el hacerse bueno en algo crea la pasión por algo. La recomendación es que asumas lo que él llama una “mentalidad de artesano”, la cual te permite volverte un absoluto experto en lo que sabes hacer, es decir, en esas habilidades que ya tienes. Con esto construirás el capital para que en un futuro puedas construir esa carrera que amarás.

Heidi Grant, una científica del Neuroleadership Institute de la Columbia University y autora de Nueve cosas que la gente exitosa hace diferente, coincide con que la pasión no es una buena consejera y explica —en un texto para la Harvard Business Review— que tampoco lo es eso que crees que te hará feliz.

Es decir, tú puedes imaginarte perfectamente siendo un feliz abogado, pero cuando eso suceda en la práctica podrías realmente terminar odiándolo. “Los seres humanos son realmente malos prediciendo cómo van a sentirse haciendo algo en el futuro. ¿Cómo se supone que sepas que serás feliz siendo un banquero de inversión, un artista o profesor, si no has hecho todavía esas cosas?”, cuestiona.

Lo que ella explica es que hay dos formas en las que las personas se motivan para alcanzar sus metas. Mientras que hay personas que ven sus metas como oportunidades para avanzar y obtener recompensas, hay otras que ven esto como una manera de mantener su seguridad y de evitar el peligro del cambio. Ambas formas tienen otros varios aspectos relacionados.

Las primeras personas son creativas, innovadoras, acogen el riesgo, trabajan rápido, generan muchas opciones y alternativas, y tienen pensamiento abstracto. Las segundas, están orientadas a privilegiar el detalle, tienen pensamiento analítico, planean, son realistas y se anticipan a los problemas. Hasta aquí, seguramente ya tienes una idea aunque sea vaga de a qué grupo perteneces tú y esto puede ayudarte a escoger la carrera que puede ajustarse a ti.

Por ejemplo, si eres de los primeros, esos que son más creativos, la recomendación es que busques industrias en las que los productos y servicios están cambiando rápidamente, en donde la habilidad de identificar oportunidades es esencial, por ejemplo, el sector tecnológico o las redes sociales. Si formas parte del segundo grupo, la recomendación es que busques carreras en donde tengas que mantener las cosas andando, por ejemplo, un contador, abogado o un especialista en datos, según Grant.

Una vez que tengas claro a qué área perteneces y que hayas analizado una lista de posibles carreras, una recomendación es acercarse a aquellas personas que desempeñan la profesión que estás pensando en elegir, ya sea que te acerques a las universidades que la imparten, que hables de primera mano con sus académicos, o que te acerques directamente con quien ya trabaja en ello y les preguntes sobre su experiencia, recomienda Estrada. ¿Tienes más claridad ahora? Buena suerte en la decisión.

“Vayan y entrevístense con personas que ya están ejerciendo la carrera”, explica la especialista de Brújula Interior. Pregúntales en su experiencia, ¿qué es lo que más les gusta hacer?, ¿qué es lo mejor de su trabajo? y ¿qué es lo que no les gusta? Es importante conocer todos estos aspectos porque quizá te has hecho una idea de esta profesión un tanto romántica.

Estas personas te animarán a estudiar eso que deseas o te quitarán la venda de los ojos lo más rápido posible. Escoger una carrera muchas veces es ensayo y error, pero es demasiado importante para no intentarlo.

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