Cada uno o dos meses, María Martínez viaja del poblado La Mora a la cabecera municipal de Jungapeo, en Michoacán, para cobrar las remesas que le envía su hijo desde California, Estados Unidos, en donde trabaja en la zona de viñedos.
Sin embargo, mayo es un mes especial, cuando es seguro que recibirá una cantidad mayor a la de costumbre, como regalo del Día de las Madres.
En La Mora, una localidad en donde hay cerca de mil habitantes y la mayoría son mujeres, se respira el olor a guayaba, el segundo cultivo en importancia después del aguacate en Michoacán.
Ahí, María tiene un pequeño negocio de raspados y dulces que logra sacar a flote gracias a las remesas que le envía su hijo el mayor. “Parte de lo que me manda lo uso para comprar lo que necesito para vender”, explica.
Michoacán es el estado que más migradólares recibe. En 2018 captó 3 mil 391 millones de dólares; es decir, 10.1% del total, de los cuales Jungapeo capta cada trimestre 2.6 millones de dólares en promedio, según datos del Banco de México (Banxico). Este monto se incrementa a 2.8 millones durante el segundo trimestre (entre abril y junio) por el efecto estacional del Día de la Madre.
“Hay un efecto calendario en el que el mes de mayo es el de mayor ingreso de remesas y mayor número de envíos en promedio diario”, dice el gerente de Estadísticas Económicas y coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), Jesús Alejandro Cervantes.
En entrevista, menciona que en mayo de 2018 se recibieron 315 mil remesas por día, mientras que el promedio diario en todo el año fue de 285 mil.
¿Qué dice la estadística?
En las encuestas que aplica Cemla con el apoyo de bancos centrales está la pregunta específica sobre a quién se envía la remesa, y ofrece varias opciones: madre, esposa, cónyuge, hijos o primos; algunos eligen una opción y otros múltiples.
Las expediciones en alguna medida son multifamiliares, no van exclusivamente a un solo receptor, pues pueden ser varios, expresa Cervantes.
En el resultado de las encuestas en cinco países de América Latina, la madre es la principal persona beneficiada con dichos flujos. Para el caso de México, casi 50% de las respuestas señalan que los envíos se dirigen a la madre, ya sea como progenitora o esposa del emigrante.
Cuando se pregunta sobre la cantidad, la remesa de mayor monto es a la esposa o cónyuge, o a los hijos.
La mayor frecuencia del envío de las partidas es para las madres, pero llegan en un mayor monto para la cónyuge o hijos, explica.
Otra pregunta es qué tan importante es ese recurso para el hogar, y las remesas son sumamente relevantes cuando son para la cónyuge o hijos, porque se observa que en 85% de los casos es la principal fuente de ingreso del hogar.
En el caso de la madre el porcentaje es más reducido porque a lo mejor recibe envíos de otros miembros de la familia, precisa Cervantes.
María, el nombre más común
En 2015, el Cemla junto con Banorte presentó los resultados de una investigación sobre migración femenina y el ingreso por remesas, en el cual se encontró que una de cada cinco receptoras de envíos tiene el nombre de María.
Jesús Alejandro Cervantes adelantó a EL UNIVERSAL que este estudio se está revisando con datos a 2017; sin embargo, no considera que habrá un cambio drástico en cuanto a María como el nombre más común.
Seguirá predominando, pero con un porcentaje menor, al igual que el nombre de José es predominante en el caso de los hombres migrantes.
“María y Juan son nombres que datan desde el año 1500, con los registros bautismales de la Catedral de la Ciudad de México, como los nombres más comunes por la virgen y Juan Diego, pero luego José superó al de Juan”, refiere el especialista.
Más bien, explica que el abanico de nombres se incrementó de manera impresionante, porque además puede haber un mismo nombre, pero escrito de diferentes maneras.
Como ejemplo menciona a Jazmín, que puede escribirse con y o j, con z o con s.
Rememora que hace años había comerciales de televisión o radio en los que se pedía tratar bien al migrante representado por un hombre, y quien lo esperaba era una mujer.
Dice que esa es una historia incompleta, porque ahora cerca de 30% de las remesas que recibe México son enviadas por mujeres; además, casi 48% del número total de inmigrantes mexicanos son del género femenino; es decir, aproximadamente la mitad.
Esto se debe a que el número de hombres está disminuyendo, destaca.
“Si uno repasa las fotografías de la gente que es capturada por la Patrulla Fronteriza en Estados Unidos, de los migrantes mexicanos o centroamericanos, predominan las mujeres, como la foto que ganó el premio World Press Photo, en la que aparece un agente fronterizo revisando a una mujer y una niña llorando”, comenta Cervantes como ejemplo.
La historia de la inmigración está cambiando rápidamente, afirma, al señalar que la mujer toma con mayor frecuencia la decisión de cruzar la frontera.