A casi dos meses de que la cerveza regresó a los consumidores mexicanos, luego del paro de producción en abril y mayo pasados, por ser considerada una actividad no esencial, la bebida aún no se ubica totalmente en el precio previo a la pausa decretada por la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, los productores lograron introducir una categoría baja en alcohol que empieza a consolidarse entre el gusto de sus fanáticos.
Si bien en tiendas de conveniencia y supermercados los precios de la cerveza pueden considerarse normales, e incluso se ofrecen promociones a los consumidores, algunas tienditas de la esquina todavía los mantienen elevados.
Ello se debe a que, a causa de la especulación y la escasez, así como a la aplicación de la ley seca en algunas localidades, buscando evitar contagios, el precio del producto llegó a multiplicarse hasta en ocho veces respecto a su cotización previa a la emergencia sanitaria.
“El paro de la industria no canceló el consumo. Lo que provocó es que hubiera una especulación muy fuerte de este producto”, aseguró el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera.
“Un six pack de cerveza llegó a venderse en 450 pesos, algo que no tenía sentido, ya que su precio normal es de 67 pesos”, destacó el directivo.
Datos del Inegi al cierre de julio muestran que en algunas ciudades el precio de la cerveza está de dos hasta cinco pesos por arriba del que se tenía a finales de marzo, antes de que se pusiera en marcha el confinamiento por la contingencia.
Sobre el tema, el representante de las pequeñas tiendas del país manifestó que ha sido el propio mercado quien ha regresado los precios a la normalidad, luego de casi dos meses de especulación y acaparamiento que encarecieron el producto de forma desmedida.
“La reversa costó también. No fue súbito que después del paro, de un día para otro, se regresaran los precios. El mercado alinea todo. Si alguien se quiere ‘pasar de lanza’, si hay un pequeño comerciante que quiera vender un six pack de precio normal en 70 o hasta 80 pesos, logrará sorprender a más de uno. Pero el comerciante que tiene experiencia sabe que no conviene hacer eso: pierdes clientes y se afecta tu reputación”, explicó Rivera.
La comercialización de cerveza es importante para los changarros o tienditas mexicanas, ya que puede alcanzar hasta 40% de los ingresos de ese tipo de establecimientos. Con un promedio de ventas por persona de cuatro six packs al mes, un consumidor se gasta hasta 3 mil 500 pesos al año al adquirir la bebida en las pequeñas tiendas mexicanas, de acuerdo con las cifras de la Anpec.
La industria cervecera reconoce también que el precio no ha regresado a los rangos previos al paro de actividades, lo cual se logrará una vez que se normalice la producción y abasto en todo el país, además de que terminen las restricciones para su venta en algunos lugares. En ese caso se encuentra Yucatán, donde la ley seca prevalecerá hasta el 17 de septiembre.
Datos de Cerveceros de México, cámara industrial que representa al sector, arrojan que se trabaja a 80% de la capacidad instalada, mientras que la distribución opera a 90% y las exportaciones, a 70%.
En medio de la pandemia, las principales empresas productoras aprovecharon para introducir con mayor fuerza su línea de cerveza ligera o sin alcohol, categoría que poco a poco ha encontrado un mercado interesante en México, entre los consumidores que optan por productos más sanos.
Datos de Nielsen, consultora de investigación de mercados, reportan un crecimiento de 127% en la categoría sin alcohol, además de que otros productos como cervezas importadas y artesanales mostraron incrementos de 15% y 71%, respectivamente, durante la contingencia sanitaria.
“El portafolio tiene para todo. Al principio no fue bien visto, pero ahora hay un segmento en la población que, por prescripción médica, por la edad o por otros factores ya no toma alcohol, pero no quieren dejar de tomar cerveza”, añadió el presidente de la Anpec.
Para la asociación, esta variedad cervecera podría tener hasta 5% del mercado entre los consumidores en México.
“Es una buena alternativa vender esta cerveza, que tiene el sabor y todo, menos el alcohol. Sí tiene su segmento. Al principio era muy poco, pero ya hay un sector que la busca y hay una demanda que se consolida y que en la práctica está creciendo”, apuntó Rivera.
Presentaciones con 1.8 grados de alcohol se unieron a las cervezas ligeras que ya existían en el mercado, cuyos consumidores tienen hábitos distintos respecto a los fanáticos de las cervezas tradicionales con mayor cantidad de alcohol.
De acuerdo con Heineken, durante el año pasado, el consumo de las variedades sin alcohol en México alcanzó una participación de 0.1% del mercado total de cerveza. En contraste, en países europeos como España y Holanda es equivalente a 8% y 6%, respectivamente.
Durante los meses de la pandemia, Grupo Modelo lanzó productos bajos en alcohol de marcas arraigadas en el consumidor mexicano como Victoria o Pacífico, ante el incremento en la preferencia de un nuevo segmento de la población que ha optado por este tipo de bebidas.
“Apostamos por la constante innovación que responde al surgimiento de nuevas tendencias en el segmento de alcohol en México. Con el lanzamiento de Pacífico Suave buscamos acelerar el crecimiento del segmento de cervezas easy to drink (fáciles de beber) premium”, dijo en julio pasado Hernán Ugarte, director del portafolio Easy to Drink de la firma.