En un foro organizado recientemente por la Universidad del Valle de México, Alec Ross, uno de los futuristas más destacados en el mundo, comentó que, en la Cuarta Revolución Industrial la materia prima más valiosa son los datos. Así como en la era de la agricultura, la tierra y el agua eran los recursos más valorados, y en la era industrial lo fueron el hierro y la energía, ahora que estamos en la era de la información los datos se han vuelto “el nuevo petróleo”. Aunque parezca un tanto abstracto y difícil de cuantificar, basta mirar las tendencias de crecimiento exponencial de algunas empresas para dimensionar el valor de este activo y comprender que esta afirmación tiene sustento.

Hace apenas 10 años las compañías petroleras y energéticas dominaban la lista de las seis empresas más valiosas del mundo, pero en 2018 la lista está dominada por compañías de datos como Alphabet, Facebook y Amazon. Estas compañías cada nanosegundo van acumulando una cantidad inimaginable de información sobre los hábitos, compras, gustos, ubicación, contactos y muchos otros datos sobre todos sus usuarios o suscriptores. El mundo produce 2.5 quintillones de bytes por día, y 90% de todos los datos se han producido en los últimos dos años. Actualmente hay alrededor de siete mil millones de personas en el mundo y 20 mil millones de dispositivos como computadoras o teléfonos inteligentes. En tres años, se espera que este número de aparatos se incremente a 45 mil millones, lo cual evidentemente resultará en un crecimiento exponencial en la generación de datos.

Aunque no es posible asignar un valor preciso a los datos de la misma forma en que se fija el precio de un barril de petróleo, hay algunas estimaciones al respecto. Según el Foro Económico Mundial, la economía global de datos representa alrededor de tres mil millones de dólares, y de acuerdo con la Comisión Europea, para el año 2020 el valor de los datos personalizados será de mil millones de euros, lo que equivale a casi 8 por ciento del PIB de la Unión Europea. Existen otros esfuerzos para cuantificar el valor de los datos. Algunas empresas de consultoría, por ejemplo, brindan el servicio de valuar los datos de las empresas para monetizarlos, con base en criterios como exclusividad y accesibilidad, y el valor percibido en el mercado de cada tipo de datos. Otra variable a tomar en cuenta es el costo de almacenar y procesar la información, que ha disminuido considerablemente en tiempos recientes, lo cual impacta el valor de estos.

Los datos son la materia prima indispensable para comprender, predecir e influir en el comportamiento de las personas. Es por ello que las bases de datos individuales han adquirido un valor cada vez más importante no sólo para publicistas y mercadólogos, sino también para políticos que las utilizan para apuntalar sus estrategias de comunicación en segmentos específicos, así como para influenciar la toma decisiones de las personas.

El reciente escándalo de Cambridge Analytica, sobre cómo esta empresa trató de influir en los votantes de Estados Unidos usando información recopilada de 50 millones de usuarios de Facebook, evidenció el poder que tienen los datos para manipular e influir en la toma de decisiones, y el precio que muchas empresas y organizaciones están dispuestas a pagar para obtenerlos. El episodio puso de manifiesto también el peligro que implica en términos de privacidad y seguridad el que nuestros datos queden registrados en distintas plataformas y puedan ser hackeados o utilizados para otros fines, sin nuestro consentimiento.

A medida que la cantidad y variedad de datos continúe incrementando de forma exponencial, su valor y alcance irán también cambiando a gran velocidad. También se modificarán las políticas de privacidad, derechos de propiedad intelectual y ciberseguridad para garantizar que el uso de los datos y la información de las personas sea con base en acuerdos previamente establecidos por las partes. Muy probablemente, conforme la generación masiva de datos continúe, habrá un conflicto cada vez mayor entre el valor de estos y la privacidad y el consentimiento individual. La economía de esta nueva materia prima se ha convertido en un sector con un horizonte de crecimiento titánico y con un ritmo acelerado de transformación y es por ello que mientras continuemos incrementando nuestra presencia en línea y el uso de plataformas (Facebook, Instagram, Twitter, Amazon, entre tantas otras), el recurso de los datos será cada vez más valorado. Y lo más alucinante de todo esto es que, a diferencia de la tierra, el hierro o el petróleo, los datos son un recurso infinito y su volumen sólo seguirá creciendo.

Presidente y director general
de Laureate México y UVM

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